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Los precocinados y la comida rápida acentúan la obesidad infantil

Los precocinados y la comida rápida acentúan la obesidad infantil

El porcentaje de menores con exceso de peso se ha disparado en 25 años. En 1984 sólo el 4% de los chiquillos sufría obesidad, mientras que en la actualidad la cifra llega ya al 30%. Las causas son varias según los expertos: una dieta inadecuada y la ausencia de ejercicio físico. La crisis ha aportado otro elemento contraproducente a la salud de los menores. La falta de recursos provoca el incremento de consumo de alimentos precocinados y de comida rápida.
La dieta mediterránea cede así ante las pizzas, hamburguesas, perritos calientes, patatas fritas y bollería industrial. En las casas donde ambos padres trabajan se reducen además la ingesta de alimentos saludables. Los hábitos alimentarios se adquieren en la infancia, explica Carlos Ruiz Cosano, profesor titular de Pediatría de la Universidad de Granada y especialista en obesidad infantil. Los padres comen peor, tienen menos tiempo, y esos hábitos se trasladan a los chavales: bollería industrial, bebidas azucaradas o isotónicas en detrimento de legumbres, hortalizas, verduras, frutas, carne de pollo y pescado. Uno de los aspectos negativos de la nutrición de los críos es que no hacen un desayuno fuerte.
La falta de actividad física no es menos nociva. Los chavales pasan mucho tiempo delante de la pantalla de un ordenador, la televisión o jugando con las videoconsolas. Un estudio de la Universidad de Granada cifraba este tiempo en unas cinco horas diarias. Los niños deberían realizar al menos una hora de ejercicio físico al día.
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