Los comedores de la UGR sirven 110.445 almuerzos menos en dos años

Los comedores de la Universidad de Granada (UGR) cada vez cuentan con menos comensales. Se sirven menos almuerzos. La crisis se deja notar en uno de los servicios mejor valorados de la institución universitaria y con buenos precios, pero los universitarios miran hasta el último céntimo que gastan. De 617.264 almuerzos ‘vendidos’ en el año 2011 se ha pasado a 506.819 en 2013. En definitiva, 110.445 comidas menos dispensadas.
Son ya más de cuatro años de bajadas continuadas porque en 2010 también hubo un descenso. Según los datos facilitados por el gerente de la Universidad granadina, Andrés Navarro Galera, en 2012 se repartieron 537.980 comidas y el año pasado, como se ha indicado, fueron 506.819. Lo que se traduce en una diferencia de un 5,79% menos (un total de 31.161 almuerzos).
Estas cifras se pueden traducir en dinero. De 2012 a 2013 se perdieron 109.063 euros al vender esos 31.161 almuerzos menos. La suma es mucho mayor si la comparativa se hace con 2011. Nada más y nada menos que 386.557 euros menos (es el resultado de multiplicar 110.445 comidas por 3,5 euros, que es el precio del menú, aunque puede haber ajustes si es para llevar, 4, euros, o en comedor).
En la tabla entregada por Gerencia, se puede comprobar cómo en la comparativa de 2012 a 2013 hay un descenso importante en las comidas vendidas a residentes, o sea, a los universitarios que se alojan en la residencia Carlos V. Se pasó de 58.878 almuerzos a 51.431. En el centro del campus de Cartuja había menos estudiantes alojados, fundamentalmente el curso pasado y se notó. En lo que respecta a comidas vendidas se pasó de 374.340 a 352.017. El total de ventas en las cuatro ‘sucursales’ sufrió un buen bocado. La universidad granadina sirve comidas en Fuentenueva, donde se registran más servicios; en el colegio mayor Isabel la Católica; en la residencia Carlos V, en Cartuja; y en la Escuela de Informática y Telecomunicaciones, del campus de Aynadamar.
Otro detalle, las comidas distribuidas a los becarios también bajaron, de 58.362 pasaron a 56.971. La estadística que menos se alteró fue la de colegiales -Isabel la Católica- de 46.400 bajó a 46.000.
Los comedores de la UGR están abiertos a toda la comunidad universitaria. Hacen uso de los mismos tanto los estudiantes como el personal de administración y servicios y el docente e investigador, aunque en menor medida. Lo que no están abiertos es al resto de la sociedad, si bien ha habido colectivos que lo han solicitado en años anteriores debido a la oferta de la calidad-precio.
Causa-efecto
Andrés Navarro Galera resume en esta frase la bajada de los servicios: «Por lo que sabemos, más que menos alumnos es porque se traen comida de sus casas familiares para varios días». Lo dice ante la pregunta de si se debe a que la UGR también ha perdido estudiantes en los últimos años y eso se haya reflejado en los comedores. A pesar de que 3,5 euros por un menú como el de este martes, compuesto por estofado de ternera, bacalao gratinado con ali-oli y membrillo con espinacas salteadas, más el pan, bebida y el postre, no es caro, es más barato el ‘tupper’ con la comida de casa.
En estos dos últimos años se ha dejado de servir, según las estadísticas facilitadas, una media de 580 almuerzos al día. Nada más y nada menos. Los comedores están abiertos una media de 195 días al año. El de Fuentenueva y el de Isabel la Católica abren de lunes a sábado y Carlos V y Aynadamar, de lunes a viernes. Todos los menús suelen tener buena aceptación, pero hay platos como la lasaña que llevan hasta las mesas de los comedores universitarios a mucha más gente.
Un detalle: en otras crisis económicas, según explican en la UGR, no ha habido una bajada en los comedores universitarios.
Y una aclaración: en la memoria de gestión de 2011 se incluían 811.731 servicios en los comedores universitarios. En esa estadística se reflejaban tanto los desayunos como cenas por lo que las comidas servidas, según gerencia fueron 617.264.
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