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Los científicos se explican

Los científicos no son ‘bichos raros’. No viven encerrados en laboratorios, donde realizan extraños procedimientos para demostrar teorías peregrinas. Trabajan en cosas útiles que, además, nos rodean miremos donde miremos: la ciencia está, por supuesto, en las medicinas y el teléfono móvil, pero también en el queso, los relojes, el detergente o la basura… En torno a esta idea se celebra cada año en toda Europa la Noche de los Investigadores, un encuentro entre científicos y ciudadanos al que se sumaron ayer siete ciudades andaluzas, y un total de 22 universidades españolas.
Más de medio millar de personas de todas las edades acudieron a la llamada en la Facultad de Ciencias de Granada. La oferta era amplia. En una de las mesas, el profesor Pedro García señalaba los muchos malentendidos que crea en una sociedad de personas «anuméricas» -algo así como analfabetos matemáticos- la incomprensión de la estadística, cuyos modelos son capaces de predecir desde el impago de las hipotecas hasta el infarto, pasando por el fracaso escolar.
En el stand contiguo, Diego Ruiz mostraba a un grupo de mediana edad el mapa sonoro de Granada y les explicaba por qué un sonido que sube de volumen repentinamente, por ejemplo, el paso de una moto en plena noche -lo que se conoce como un «evento sonoro»- resulta mucho más perturbador que un ruido molesto pero constante.
Un poco más allá, Ana Guijarro y Jorge Jiménez desgranaban el movimiento del Sol, la Luna y las estrellas utilizando el reloj astronómico del vestíbulo de la Facultad.
Pero había mucho más. Un grupo contó sus progresos en el hallazgo de detergentes menos dañinos para el medio ambiente. Otro, el uso de los sistemas coloidales en áreas tan diversas como la fabricación de mayonesa, pegamento y trajes impermeables. Un tercero, un método químico para convertir los contaminantes residuos de la industria aceitera en agua para riego. Y así, hasta 31 microencuentros distribuidos por toda la facultad. Una tarde en la que los científicos se explicaban y se abrían a la sociedad.
La vicerrectora de Política Científica de la Universidad de granada , María Dolores Suárez, lamentó que los recortes del Gobierno a la investigación amenazan con desmantelar el incipiente pero esperanzador tejido científico que se había creado en los últimos años en España. «Podemos echarle buena voluntad e imaginación, pero sin financiación no se puede investigar», subrayó la vicerrectora granadina.
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