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«Los árabes carecían de especialistas»

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«Los árabes carecían de especialistas»
F. V./GRANADA

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La colocación de la marca estaba relacionada con el trabajo a destajo.

Las marcas se colocaban tras finalizar el tallado del sillar.

Las marcas no siempre respondían a algo concreto.

Los signos eran variados y respondían a muchos significados.
Uno de los símbolos o marca del cantero encontrado en la bóveda del patio circular del Palacio de Carlos V, en la Alhambra. Los signos religiosos cristianos están representados por un variadísimo número de cruces, como ésta de la bóveda del Palacio de Carlos V. Este símbolo en una de las piedras de la terraza de la Capilla Real no tiene por qué responder a un significado concreto. Este símbolo pudiera representar sólo la marca determinada de la familia de canteros que trabajó y colocó la piedra.

La construcción en piedra comienza en Roma, donde había un cuerpo especializado de ingenieros militares, y sigue después durante el Renacimiento. En el mundo medieval cristiano se empieza a construir en piedra a partir del siglo XI, ya que antes se hacía en tapiado o con cabañas de madera.

«En Granada, este tipo de construcción comienza tras la conquista, ya que los árabes apenas utilizaron esta técnica por ser una construcción más difícil y, aún más, sobre sillares, que llevan la marca de la cantería, lo que requiere toda una especialización de la que carecían los árabes, sin grandes especialistas en construir con piedras», señala Antonio Malpica Cuello, profesor de Historia Medieval en la Universidad de Granada.

«En una primera fase -añade Malpica-, edifican sobre sillares romanos reaprovechados, pero sus grandes obras se construyen en tapial y con cal, pese a que dan un aspecto más modesto a sus construcciones».

Según este profesor de Historia Medieval, tras la conquista, Granada se adapta a la situación existente aunque sus primeras obras en piedra son de tono menor, como las de Santa Isabel la Real o la Capilla Real, y en las grandes, como las del monasterio de San Jerónimo, se utilizan las lápidas de los cementerios árabes.

Hasta avanzado el siglo XVI no empieza la construcción en sillería -Real Chancillería o el Palacio de Carlos V, donde la bóveda de su patio circular, al igual que la terraza de la Capilla Real, está repleta de símbolos que casi constituyen todo un diccionario de marcas de canteros-.

Éstos venían de fuera, especialmente de la Sierra del Segura y de La Mancha, sobre todo de Toledo. Debido a las especiales características de su actividad, debían trabajar en distintos lugares por lo que sus desplazamientos eran abundantes, cosa poco habitual en aquella época. Pero ellos eran el único gremio que entonces disponía de total libertad de movimientos.

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