La UGR comienza el año académico con los campus llenos y largas colas Las facultades y escuelas organizan jornadas de recepción para sus estudiantes
Primer día de clase. Primer día de colas. Y primera jornada de aulas y pasillos llenos. Esa imagen se repitió en todos y cada uno de los campus de la Universidad de Granada (UGR) ayer, aunque faltaron a clase más de cuatrocientos alumnos. No lo hicieron porque decidieran ellos no levantarse -seguro que ese número fue mayor- fue porque no tenían aulas donde meterse. Esos estudiantes son de la Escuela de Informática y Telecomunicación. Las aulas prefabricadas donde van a dar clase no tienen aún todos los permisos para que se abran.
Hubo estudiantes que fueron a la escuela del campus de Aynadamar. También hubo quienes no acudieron y, además, alguna mala cara por no poder comenzar sus clases como el resto de los más de cincuenta y cinco mil alumnos que se matricularán -aún está abierta la segunda fase de preinscripción- este curso en la UGR.
La vicerrectora de Infraestructuras y Campus de la Universidad granadina, Begoña Moreno, explicó ayer a este periódico que estos universitarios comenzarán las clases la próxima semana. La intención es que esta misma semana pudieran iniciar las clases, pero quedan algunas cuestiones por resolver.
Las aulas prefabricadas no se han abierto aún y los alumnos ya se están quejando. Están en un descampado cercano a la propia escuela universitaria y al lado se está construyendo el centro de investigación. Obras: polvo, ruido… La decisión de instalar estas aulas prefabricadas la tomó la UGR después de que este centro arrastre problemas de espacio desde hace años y fallaran otras alternativas. Está pendiente que se construya un aulario -cinco mil metros- para dar respuesta definitiva a estos problemas de espacio. Los alumnos y profesores que tengan que dar clases en estas aulas prefabricadas -cuatro- no serán los únicos que estarán fuera de la escuela.
Otros traslados
La dirección de la escuela explicó ayer que están pendientes de que se muden a los bajos de un edificio cercano, que antes era un supermercado, un importante número de los integrantes del personal docente e investigador del centro. Los problemas de espacio afectan tanto al alumnado como el profesorado en Informática y Teleco. Si bien, no es el único de la Universidad granadina. Si bien, han sido los que han iniciado el curso con mayores dificultades. En el caso de Arquitectura, el director, Juan Calatrava, dijo ayer que el inicio del curso había sido de «normalidad dentro de los problemas estructurales» que acarrean desde hace años.
Arquitectura Superior está pendiente de que se instalen dos aulas prefabricadas más cerca de la actual sede del centro. Calatrava agregó que «desde el Rectorado se han portado extraordinariamente con nosotros porque nos han dado todo lo que le hemos pedido». Si bien ayer, por encima de estos problemas, estaba la muerte del secretario de la escuela. No ha sido un inicio de curso habitual. Calatrava tuvo palabras de mucho cariño para quien en los últimos años ha sido el secretario, Francisco Bertos. «Ha sido un hombre muy querido. Modélico tanto como profesor como amigo», resaltó Calatrava.
Arquitectura, Informática, Empresariales, Ciencias, Filosofía y Letras… así hasta 21 centros comenzaron ayer las clases. En cada una con historias diferentes, pero en todos con colas incluso, en algunos casos, en las reprografías. En las secretarías los estudiantes de segundo en adelante estaban terminando de cerrar sus matrículas y en las conserjerías más de un alumno despistado preguntando dónde encontrar su clase. En estos departamentos también había colas.
Profesores, alumnos y personal de administración y servicios iniciaron ayer un curso que tendrá varias novedades en Extensión Universitaria, nuevas oficinas, nuevo Defensor/a Universitaria…, y que no quitará los ojos del plan Bolonia.