VIVIR
Lorente descubre a Discovery Channel las claves de diez crímenes muy complejos
El presidente de la Academia Iberoamericana de Estudios Forenses protagoniza una serie que se convertirá en el C.S.I. del mundo latino
ÁNGELES PEÑALVER/GRANADA
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Una fría mañana de enero de 2001 un hombre conduce su camioneta por un camino de tierra entre campos de maíz. En un estrechamiento unos finos troncos de chopo le bloquean el paso. Cuando sale del vehículo recibe varios disparos que acaban con su vida. En la escena del crimen sólo está el cadáver y el coche. Este caso, localizado en León, es sólo uno de los crímenes resueltos que se explicarán en Discovery Channel, el canal televisivo que en colaboración con el Departamento de Medicina Legal de la Universidad de Granada ha comenzado a rodar La huella latente, una serie documental que narra cómo se resolvieron diez de los asesinatos más notables y complejos resueltos mediante técnicas forenses en España, México y Colombia en los últimos años. El formato televisivo serán diez expedientes divididos en cinco episodios -dos por capítulo- que se estrenarán a finales de 2006 o principios de 2007.
El caso de León se resolvió gracias a que un perito reparó en las ramas y troncos que había en el camino y, por sus cortes, dedujo que alguien tendió una trampa a la víctima. Cada tronquito de chopo fue recogido por los investigadores y etiquetado. La única nota discordante dentro de la vida armónica que llevaba el fallecido era una ligerísima discusión con un amigo por el pago de unas cervezas, apenas cuatro comentarios de broma que provocaron un cierto enfado. La persona objeto de esos comentarios había cortado relaciones con el grupo radicalmente y ya no se dejaba ver por el bar. Finalmente, los investigadores -ayudados por microscopios- identificaron el tipo de navaja con la que el asesino cortó las ramas. El amigo enfadado -que guardaba en casa la navaja delatora- acabó en la cárcel gracias a la pruebas identificativas realizadas sobre esos elementos vegetales.
En un santiamén (media hora por caso) los policías y guardias civiles que aparecerán en pantalla resolverán de manera perfecta un problema que en la vida real les costó mucho tiempo y dio muchos quebraderos de cabeza.
Las explicaciones científicas están rodadas en los laboratorios de Granada donde desarrolla su labor José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Científica de la Universidad de Granada y presidente de la recién creada Academia Iberoamericana de Ciencias y Estudios Forenses. Algunos recursos e imágenes de la ciudad de la Alhambra servirán de fondo a las palabras de este forense, uno de los profesionales más prestigiosos del mundo, quien señala que en lo personal todos los temas son importantes porque implican sufrimiento de las familias.
«La serie tiene que ver con C.S.I. porque es investigación, pero no todo es ficción. Se recogen casos de verdad y lo que se hace es explicar desde el punto de vista criminalístico qué se ha hecho en cada caso», añade Lorente, quien insiste en que los protagonistas son los guardias civiles, los policías españoles, mexicanos y colombianos que sacaron adelante la investigación. Estos profesionales aportan información sobre cómo se enfrentaron a las pesquisas, qué retos y dificultades planteaban, si se vieron en un callejón sin salida, cuáles fueron los puntos de inflexión… Los trabajadores de la serie que realiza Malvarrosa Producciones para Discovery Channel se desplazarán en los próximos meses a los lugares de América donde tuvieron lugar algunos de los hechos.
«En estos expedientes no todo va sobre ruedas; en la vida real no todo sale a la primera perfectamente, sino que hay un problema, algo que se rompe, algo que se pierde, una pista que no era la que uno pensaba… En el fondo es la inteligencia y la perseverancia de los investigadores lo que hace que eso funcione. El ser humano está por encima de toda la maquinaria, puesto que somos los humanos los que tenemos que darle vueltas a las cosas. Un aparato lo programas y te lo analiza todo, pero las decisiones son humanas. Mi misión es explicar qué fue fundamental para resolver cada expediente; por ejemplo, determinar las huellas dactilares que quedaron grabadas en un lugar difícil en el que hubo que usar un cepillo especial para rescatar esas pistas…», abunda Lorente. El catálogo de piezas clave es muy amplio: el ADN de algún implicado, datos antropológicos o de odontología, la autopsia, etc. Tal y como se verá, en algunas ocasiones todo es tan sencillo como poner nervioso y ser más astuto que el asesino; así queda demostrado en el expediente de Soacha, en Colombia. Esta narración comienza con una pregunta de Lorente: ¿Cuál es la mancha más pequeña de sangre de la que se puede extraer el ADN nuclear? Rocío Durán, comandante de la Policía Científica de la DIJIN colombiana, relata entonces un caso que se resolvió mediante el análisis de diminutas manchas de sangre que había en el pantalón de dos jóvenes que fueron capturados porque previamente se habían mostrado muy nerviosos en el interrogatorio, en el que habían intentado sobornar a un policía que grababa con una cámara inservible las marcas de sus pantalones. Por sí solo el intento de soborno fue media confesión.
La criminalística funciona
«Quería que se hiciera esta serie para demostrar que la criminalística funciona bien, no sólo la que hace el FBI o reflejan las series de televisión, sino la que se practica en otros países con menos recursos, como algunos iberoamericanos. Hay gente muy capaz en esos cuerpos de seguridad», añade José Antonio Lorente, quien ha colaborado en ocasiones con el FBI. «La serie, en un futuro cercano, se ampliará a otros países como Brasil y Portugal, miembros también de A.I.C.E.F., la Academia Iberoamericana de Ciencias y Estudios Forenses», explica José Ángel Montiel, director de La huella latente.
Emisiones como La huella latente pueden llevar a plantearse: ¿Hasta qué punto es positivo que se desentrañe en televisión cómo borrar unas huellas dactilares? ¿No ayuda esto a los que cometen actos canallescos?. José Antonio Lorente reconoce que no tanto en la profesión -pero sí de manera artificial en la sociedad- hay un debate abierto entorno a ese tema.
«Para los profesionales de la Medicina Legal es positivo que la gente vea que nuestro trabajo es muy serio, que nuestra instrumentación y preparación es muy sofisticada. También es bueno que los criminales en potencia sepan que hay todo tipo de tecnologías para identificarlos», opina. Aún así, el forense reconoce que estos programas reciben críticas de quienes piensan que a través de ellos los criminales aprenden algunas técnicas.
«Yo estuve en febrero en un congreso celebrado en Seatle (Estados Unidos) sobre ciencias forenses donde se determinó que, efectivamente, gracias a C.S.I un criminal puntual obsesionado con borrar sus huellas puede aprender a hacerlo; pero un profesional suele saber cómo actuar de antemano porque lo aprende de otros colegas o en la cárcel. El que comete un crimen accidentalmente en una pelea no suele caer en este tipo de cosas. En cualquier caso, el número de delitos en Estados Unidos ni ha aumentado ni disminuido desde que la serie está en antena», destaca el presidente de la Academia Iberoamericana de Ciencias y Estudios Forenses.