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Licenciados universitarios copan la cuarta parte de empleos temporales sin cualificar

GRANADA
Licenciados universitarios copan la cuarta parte de empleos temporales sin cualificar
Más de 4.000 nuevos titulados buscan un puesto de trabajo en sectores como el hostelero, que en el inicio del verano demanda puestos básicos
MIGUEL ALLENDE/GRANADA

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Con el verano metido de lleno en el calendario y el curso académico universitario a punto de concluir, cientos de jóvenes licenciados preparan su particular asalto al mercado laboral granadino. Si hacemos caso a los datos con que cuenta la propia Universidad de Granada, al menos 4.000 de ellos acudirán en cuestión de días a las diferentes empresas de trabajo temporal (ETTs) con implantación provincial en busca de un puesto que les proporcione unos ingresos con los que cubrir sus gastos más imprescindibles. Otros, los menos, reclamarán las consabidas influencias de familiares y amigos para lograr ese primer trabajo. Por último, quienes aún confían en la eficacia del INEM o del SAE, optarán por presentarse en alguna de las oficinas que estos organismos tienen repartidas por la provincia, también para exigir su ingreso en ese gran saco que es la población activa de Granada.

Todos estos universitarios, tanto unos como otros, son conscientes de que de lograr un puesto de trabajo, éste tendrá carácter temporal -la media oscila entre uno y tres meses- y desde luego no estará relacionado con los estudios que han llevado a cabo. Salvo contadas excepciones, que también existen aunque sean pocas. El mercado está saturado y sólo cabe completar su formación con cursos de especialización, masters, idiomas… y así un largo etcétera mientras surge la oportunidad de lograr un empleo relacionado con su especialidad. Para ello hace falta dinero y éste es el que puede conseguirse trabajando durante el verano. Al menos, una parte sustancial del mismo.

Uno de cada cuatro

Un sondeo realizado por este periódico entre las principales ETTs que prestan sus servicios en la capital granadina, es concluyente. Una de cada cuatro ofertas de trabajo temporal que sacan al mercado estas empresas es ocupada por licenciados o diplomados universitarios. En la práctica totalidad de los casos, en nada tienen que ver estos empleos con la carrera cursada por el demandante del trabajo.

El mercado exige chicos para puestos de camarero, mozo de carga, socorrista de piscinas o como mucho auxiliar administrativo. En el caso de las chicas, lo que se oferta son puestos de dependienta en tiendas o grandes almacenes, limpiadoras o recepcionistas de planta de hotel y similares. «Son puestos para los que, en general, no se necesita experiencia ni cualificación y que desempeñan mejor gente joven que algo más mayor», refiere Pilar Pelayo, responsable provincial de la empresa Alta Gestión.

La opinión de Pelayo es coincidente con la de Fernando Fajardo, delegado provincial de Temposur Empleo ETT. «Estos jóvenes suelen aceptar cualquier empleo que salga al mercado, pues son conscientes de que hallar un trabajo relacionado con su preparación académica en el primer intento es muy difícil», asegura Fajardo. El directivo matiza enseguida que lejos de conllevar un carácter peyorativo, cualquiera de estos empleos temporales gestionados a través de ETTs cumple lo dictaminado por ley. Entre otras cosas, que quien acceda a uno de estos puestos cobre lo que marca el convenio colectivo de la empresa, más las partes proporcionales de pagas extras, vacaciones y otros complementos en vigor.

Una tercera valoración es la que hace Ana Belén Castro, de Trabajo Temporal Andalucía. Opina que todos los universitarios pretenden un trabajo acorde a su formación, «pero cuando acuden a nosotros saben lo que les vamos a ofrecer porque es lo que hay en el mercado granadino».

Desde una de las empresas punteras del sector, Randstad, se introduce una nueva consideración: el hecho de que muchos de los estudiantes han desempeñado ya trabajos esporádicos durante su etapa como universitarios. José Ángel Garzón, directivo de esta empresa, señala que «para nosotros es un requisito imprescindible a la hora de formalizar un contrato que el joven ya haya pasado por esta empresa; garantizamos así su profesionalidad».

Universidad

En el Servicio de Empleo y Prácticas Empresariales de la Universidad de Granada se tiene una percepción diferente de las salidas profesionales de muchos universitarios. Como es comprensible, a este departamento de la institución llegan peticiones empresariales específicas. Son la otra cara de la misma moneda, pues las ofertas que reciben son para profesor de academia, óptico, dentista, aparejador, médico, farmacéutico o fisioterapeuta, por poner tan sólo algunos ejemplos.

Jesús Aguirre, responsable de este servicio, reconoce que no es muy elevado el número de estos puestos de trabajo y que se cubren sobre la marcha. «También tenemos oferta de empleos sin cualificar, como son los del personal que necesitan conocidos parques temáticos y en el que se valora el conocimiento de idiomas», añade al respecto Aguirre.

Sobre la necesidad que tienen los universitarios de conseguir un empleo, aunque sea con carácter temporal, Aguirre distingue dos grandes grupos. De un lado, quienes no tienen una necesidad acuciante de incorporarse al mercado laboral y dejan transcurrir el verano sin mayores problemas para intentar su incursión en octubre. De otro, los jóvenes que precisan de un puesto de labor lo antes posible y que ven el verano como una auténtica oportunidad de encontrarlo por la alta demanda existente. En especial en el sector de hostelería. «Bien por necesidad o por cultura, estos muchachos buscan trabajo en un mercado que en estas fechas abre muchas posibilidades», agrega Aguirre.

Sea como fuere, lo cierto es que apenas terminen los últimos exámenes y con la licenciatura bajo el brazo, miles de universitarios empezarán a labrarse su futuro.

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