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La Universidad de Granada publica un libro sobre la física de la calle
C. G./GRANADA
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El astrofísico Eduardo Battaner ha publicado un nueva novela de divulgación científica con el título Un físico en la calle. La publicación, escrita a modo de diálogo y que corre a cargo de la Editorial de la Universidad de Granada, reproduce la conversación de una serie de personas en una taberna. Los personajes hablan sobre conceptos físicos como la entropía, la antropía o la importancia de los fluidos, que son realidades que aunque suenen lejanas impregnan la vida cotidiana.
Battaner adelanta: «El humano es un ser de muy baja entropía, muy complejo y organizado, pero a la vez muy improbable. Su existencia es desequilibrio, que continuamente busca mantener. Aunque sólo con la muerte se producirá el equilibrio final», apunta el científico con dotes de filósofo.
La física cotidiana
Otros de los grandes leif motiv de Un físico en la calle es la antropía, que plantea el papel que juega el hombre en el universo: «¿Por qué estamos aquí, en este universo tan hecho a nuestra medida?, plantea. Asimismo, se trata de lo que Battaner llama la definición termodinámica de los individuos: «El hombre como máquina térmica es un sistema con entropía prácticamente nula a una temperatura ambiente», señala. Esta novela de divulgación científica es la continuación de una primera titulada Física de las noches estrelladas, aunque, según afirma el autor de ambas, «la lectura de ésta no presupone haber leído la anterior».
El escritor y catedrático del Departamento de Física Teórica y del Cosmos de la Universidad de Granada niega que exista un infranqueable muro entre la ciencia y la sociedad: «La mayoría de las investigaciones y estudios de las ciencias más puras terminan teniendo una aplicación práctica, así que la disociación es inexistente», apostilla. «Cuando se habla de la utilidad de la ciencia me gusta recordar la frase de un científico inglés llamado Michael Faraday, experto de repercusión internacional en electromagnetismo, él se preguntaba: ¿Para qué sirve un niño recién nacido?», reflexiona el profesor.
