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La UGR, un escenario políticamente incorrecto

Sería exagerado hablar de territorio hostil, pero lo cierto es que la Universidad de Granada (UGR), tradicionalmente, no ha sido una plaza fácil, por decirlo con suavidad, para los políticos de todo signo y condición.
Hace ya unos años, una docente de la Facultad de Ciencias Políticas de la UGR comentaba, no sin pesadumbre, que tenían que pensarse mucho el traer a impartir una conferencia a un político de primera línea. No hacía mucho que había visitado la ciudad el entonces senador Manuel Fraga y hubo una gran protesta. Ocurrió el 16 de octubre de 2006. Al desparecido político gallego le llovieron todo tipo de insultos y la conferencia que debía impartir en el aula magna se tuvo que desarrollar en otra dependencia, pero Fraga habló. Su intervención no se suspendió como pasó ayer en Ciencias.
En la Universidad granadina han sido vilipendiados políticos de todos los colores. Cuando ocurrió la bronca a Fraga, representantes de todos los partidos condenaron los insultos. Si Fraga fue abucheado, Santiago Carrillo, también fallecido, no recibió menos improperios en un acto en el que participó en la Facultad de Derecho en octubre de 2003. En 1997, en el colegio mayor Fray Luis, el veterano líder comunista también fue abucheado. Entre sus detractores hubo incluso simpatizantes y militantes del PCE, la formación que él había dirigido en los complicados años de la clandestinidad y la transición.
En 2003, sin embargo, los mayores ataques se los llevó el entonces lehendakari Juan José Ibarretxe. Al líder nacionalista vasco le dedicaron en la Facultad de Derecho todo tipo de insultos. Incluso un manifestante intentó agredirle. Hubo un gran despliegue policial.
En ese mismo escenario, Felipe González tuvo un recibimiento parecido.
Manuel Chaves, cuando era presidente de la Junta de Andalucía, fue insultado en varias ocasiones. En 2005, en la Facultad de Ciencias Políticas, fue recibido al grito de «fascista corrupto». Uno de los jóvenes que participaron había estado en la protesta contra Ibarretxe.
En 1999, Chaves también recibió una sonara pita en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.
Otro político que no se ha librado de la bronca en la UGR ha sido José Bono. Fue también en la Facultad de Ciencias Políticas.
Apertura del curso
Con esos antecedentes, no es extraño que en los últimos años no se haya prodigado los políticos en la UGR, lo que no quiere decir que los ánimos hayan estado calmados. Solo hay que recordar el boicot al acto de apertura del curso 2012-2013. No se pudo celebrar el ceremonial y hubo un importante enfrentamiento en el Rectorado con denuncias de agresión incluidas.
Antes, en 2008, los estudiantes que estaban en contra del plan Bolonia se encerraron en Ciencias Políticas y destrozaron máquinas y pintaron paredes. Al mismo tiempo, entraron en Ciencias del Trabajo.
Queda claro que la UGR no ha sido un escenario políticamente correcto para los políticos.
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