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La UGR inicia con las elegías del judío Ibn Gabirol su colección de poesía clásica.

– La UGR inicia con las elegías del judío Ibn Gabirol su colección de poesía clásica.
Álvaro Salvador prologa la traducción de María José Cano Cantos de amor y muerte.

El poeta y filósofo judío Selomoh Ibn Gabirol, también conocido como Avicebrón, abrirá la colección de clásicos Virgiliana de la Editorial de la Universidad de Granada (EUG) con Cantos de amor y muerte. El poemario, una edición bilingüe hebreo-español de 128 páginas, es una selección de las mejores elegías de este escritor nacido en Málaga en 1021 y que vivió parte de su vida en Granada bajo la protección del visir judío de los ziríes, Semuel Ibn Nagrela. La obra fue presentada ayer en el marco de la Feria del Libro por el director de la EUG, Rafael Peinado, la profesora de Estudios Semíticos María José Cano, autora de la traducción, y el poeta y catedrático de Literatura Álvaro Salvador, que ha escrito el prólogo.

«Es una de las primeras veces, quizá la primera, que un autor de una minoría como la judía va a inaugurar una colección de clásicos hispanos -explicó María José Cano-. Para mí es un orgullo que se vaya conociendo poco a poco esta faceta de nuestra cultura que es completamente desconocida, pese a que se trata de autores de una altura inmensa». Los poemas de Ibn Gabirol, aseguró, son muy emotivos y logran transmitir su emoción al lector del siglo XXI.

A su juicio, Ibn Gabirol es un autor de Al Andalus relativamente desconocido por pertenecer a una minoría -y por tanto a una tradición literaria «marginal»- y por escribir en una lengua, el hebreo medieval, que incluso es difícil para los israelíes de hoy. «En Israel Ibn Gabirol tiene calles con su nombre, pero seguramente el gran público no conoce su obra», dijo. Es decir, lo mismo que ocurre entre nosotros con Cervantes o con Góngora.

Un poeta moderno

Por su parte, Álvaro Salvador destacó que Ibn Gabirol fue en cierto modo un poeta moderno, ya que, al contrario que la mayoría de los literatos árabes y judíos de su época, no se limitó a los temas religiosos, sino que se atrevió a abordar desde un punto de vista profano asuntos como el amor, la muerte o el tiempo perdido. Para el catedrático, el filósofo judío es «un antecedente de la gran tradición de poesía elegiaca castellana, desde Jorge Manrique a Alberti».
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