Con sus 180 centímetros a los trece años, Leyre Marín es ya una gigante de la natación andaluza. La jienense venía hace tiempo demostrando que en el agua se mueve rápido como pocas y este fin de semana lo ha ratificado. En un campeonato andaluz absoluto, que ha tenido un nivel notable, ha sido cuarta, compitiendo con la flor y nata de cualquier edad, desde Belén Domenech, sexta en el europeo a la campeona de España del 93. Ella, del 96, se ha impuesto a las campeonas andaluzas 95 o el 94 en la prueba de 200 metros braza, con una marca de 2:43:40. Marín se une a otras sirenas de la natación jienense, encabezadas por las hermanas Ruiz (Marina y Ana lograron entre pruebas individuales y de relevos con el Universidad de Granada).
«Ha bajado todas sus marcas, le ha ganado a campeonas andaluzas mayores que ella y va a más, estamos muy satisfechos con su progresión», explica Antonio Jiménez, entrenador de la nadadora del club Santo Reino. «Tiene que trabajar mucho, pero con el apoyo de todos, en el club y fuera de él, puede demostrar muchas cosas», apunta su técnico.
La jienense va primera en el ránking nacional de su categoría. Tras la buena ‘prueba’ del Andaluz, piensa ya en el Campeonato de España Jóvenes, su objetivo principal (19 al 21 de marzo) donde se juega la Copa Comen (Campeonato Europeo Infantil que se celebrara en la isla italiana de Sicilia en la ciudad de Catania). Campeona de España, a nivel nacional la rival directa de la jienense es la gallega Maria Vilas Vidal.
Marín entrena dos horas de agua al día y una de gimnasio tres días a la semana. Además, a veces, duplica la técnica lo que supone una hora aparte. Y para seguir creciendo, tendrá que seguir aumentando el esfuerzo y el tiempo. «Es lo más difícil -comenta su entrenador, Antonio Jiménez-, hasta ahora había asumido el ritmo de sus compañeros, consiguiendo cosas más importantes», apostilla.
«Está muy por encima de sus compañeros y si queremos rendir en el campeonato internacional, dar el salto a la élite, tiene mucho trabajo por delante. El año que viene pasa a Júnior y según los resultados próximos veremos la conveniencia de entrenar en centros de alto rendimiento», adelanta su entrenador.
Nadadora o médica
«Tengo que echar horas por la tarde, pero me gusta», sintetiza la propia nadadora sobre cómo es el compaginar estudios y deporte al máximo nivel cuando eres casi preadolescente. Pese a ello, no le va mal. Al contrario, hasta la fecha sigue la estela de otras deportistas de la provincia, como la atleta universitaria Natalia Romero, con buen rendimiento académico y en su disciplina. Marín además es ambiciosa en su carrera y quiere estudiar medicina. Vivir de la natación es casi imposible. «Aquí en España ni siendo de las buenas. En otros países es más fácil», aseguraba la nadadora.
De cualquier manera, la natación femenina tiene un futuro prometedor con ella y las hermanas Ruiz a la cabeza de un grupo ilusionante. Pese a las limitaciones de infraestructuras de la capital jienense en comparación con otras provincias, con apenas dos piscinas de competición, ellas y otros muchos nadadores están dando una lección de superación.