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La Granada de Celaya

El catedrático de Teoría de la Literatura Antonio Chicharro Chamorro fue el encargado en el seno de la Academia de Buenas Letras de rendir homenaje en el centenario de su nacimiento al poeta vasco Gabriel Celaya, máximo representante de la llamada generación de posguerra, con una conferencia sobre los escritos europeos del autor y su relación con Granada.
Gabriel Celaya conoció a Federico García Lorca en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, «y Federico le hizo la primera crítica a uno de sus poemarios», y también estuvieron juntos en San Sebastián. Celaya relató la estancia de García Lorca en la capital donostiarra, en la que el granadino se relacionó con el conocido falangista local Aizpurua, a pesar del enfado de Celaya. El escritor donostiarra, años más tarde, reveló en un artículo aquel episodio y cómo García Lorca le confesó que todos los viernes cenaba con el líder de Falange, José Antonio Primo de Rivera.
«Celaya era poco fabulador para los recuerdos y no miente», señaló el especialista. «Lorca no era consciente, en sus relaciones con los falangistas, de lo que se venía encima y según Celaya creía en la bondad de todo el mundo y estaba ajeno a la que se preparaba», comentó Chicharro Chamorro. Otra cuestión con la que Celaya «levantó ampollas» se originó al afirmar que Federico fue a Granada para morir, «y es que Celaya siempre destacó que García Lorca no era consciente del peligro que existía, de un levantamiento de los militares».
El catedrático y especialista en la obra y vida de Gabriel Celaya glosó las amistades granadinas del poeta, «entre ellas se encuentran Rafael Guillén y José García Ladrón de Guevara, así como Elena Martín Vivaldi, con quienes tenía correspondencia y se encontraba durante sus estancias en Granada».
Antonio Chicharro Chamorro destacó que el poeta donostiarra poseía en su biblioteca un gran número de títulos pertenecientes a autores granadinos, entre ellos «de los principales poetas, desde Rafael Guillén a Luis García Montero, Antonio Carvajal, Álvaro Salvador, Elena Martín Vivaldi, Antonio Gallego Morell y Emilio Orozco». «Gabriel Celaya no solo estaba unido a Granada por las relaciones sino que también como lector de los títulos de sus autores más destacados», añadió.
Antonio Chicharro rememoró cuando impulsó, junto al también catedrático Antonio Sánchez Trigueros, el nombramiento como doctor honoris causa de la UGR del poeta vasco, «lo que fue un acto inédito porque Celaya había fallecido, pero se recurrió a la misma fórmula utilizada para designar a San Juan de la Cruz».
Por otra parte, Antonio Chicharro Chamorro repasó las ideas europeistas de Celaya, las que expresara en una serie de artículos publicados en San Sebastián durante los años 1947 a 1952. Celaya se refería a Europa como el seno del humanismo y de la dignidad, y denunciaba que «se encontraba constreñida por los dos bloques existentes, Estados Unidos y la Unión Soviética».
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