GRANADA
La directora del IAM define al colectivo de jueces como «conservador y machista»
Soledad Ruiz asegura que dar muchos datos sobre las víctimas «raya la morbosidad y favorece al maltratador» Recuerda que el Parlamento es quien legisla y no el estamento judicial
EUROPA PRESS/GRANADA
ImprimirEnviar
La directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Soledad Ruiz, acusó ayer a los jueces de ser un colectivo «conservador, machista e ideologizado» por su oposición al anteproyecto de la Ley Integral de Violencia de Género, aprobado el pasado viernes en Consejo de Ministros, al tiempo que les recordó que es el Parlamento el que debe legislar «y no ellos o las asociaciones de mujeres».
En declaraciones a Europa Press, Ruiz, que asistió a la inauguración del curso Las ciudades y su entorno: lugares donde habitar, organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada, aseguró que «no sale de su asombro» por el debate que ha generado el texto legal, indicando que «después de haber concienciado a los poderes públicos de la necesidad de tomar medidas para erradicar la violencia, todo el mundo se apunta a contradecirlo».
Según la directora del IAM, se trata de un debate «muy ideologizado donde se ha puesto en marcha toda la batería de conservadurismo y machismo», lo que incluye, a su juicio, el colectivo de los jueces, «cuando lo que se debe hacer es pedagogía, una labor donde estos profesionales tienen una importante labor que no están realizando».
En este sentido, subrayó que «debemos darle tiempo al Parlamento para que haga una buena Ley», aunque señala que aún quedan muchas dificultades por el propio proceso parlamentario en sí, que generará un debate político importante.
Detalles en prensa
Soledad Ruiz instó a los medios de comunicación a «invertir» las noticias primando los detalles del maltratador «para que sienta el rechazo de su entorno más cercano» y no de la víctima «como últimamente se está produciendo», lo que, a su juicio, genera «morbosidad y favorece al agresor».
Para Ruiz, los medios han jugado «un papel importantísimo» para concienciar a la población de la lacra que supone la violencia contra las mujeres, especialmente a partir del asesinato de la granadina Ana Orantes, ya que antes «la ciudadanía pasaba de puntillas sobre este espinoso tema».
Sin embargo, aseguró que se debe ser más riguroso al dar una información, «sobre todo si se trata de un asesinato», y respetar, como en otras informaciones jurídicas, los datos personales de la víctima, aunque abogó por hacer públicos los del presunto agresor «con nombre, profesión y domicilio, a fin de que su entorno más cercano sepa quien es y lo rechace», porque según Ruiz, «hay muchos maltratadores y asesinos que tras el proceso judicial viven tranquilamente sin ningún problema y en el más absoluto anonimato».
Para evitar el fenómeno del mimetismo entre los agresores, que suelen repetir los crímenes con las mismas características, lo ideal es no «rayar el morbo en las informaciones periodísticas».