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La desconfianza en internet alarga las colas para la preinscripción en la UGR

La desconfianza en internet alarga las colas para la preinscripción en la UGR
Los errores al rellenar los códigos, el cambio de idea y carrera o la falta de documentos, principales pifias de los alumnos a la hora de pedir plaza en la Universidad
ANDREA G. PARRA/GRANADA

COLAS. El Servicio de Alumnos trabaja a a marchas forzadas, pero los alumnos deben esperar. /A. G. P.

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Los jóvenes estudiantes son los que están más enganchados a internet -así se refleja investigación tras investigación-, pero parece que no lo suficiente como para confiar algo tan importante para ellos como la preinscripción a la Universidad. No se fían. Los futuros universitarios prefieren el tradicional cara a y cara y casi no les importa hacer cola. Las puertas del Servicio de Alumnos de la Universidad de Granada (UGR), sita en el Complejo Administrativo Triunfo, son un hervidero de alumnos y de padres y madres desde el viernes. Ayer, lunes abrieron a las 8.20 horas, aunque la fijadas es a las 9.00, y durante toda la mañana hubo colas.

Los futuros universitarios tienen la oportunidad de rellenar el documento de preinscripción tranquilamente desde casa. Sin pasar calor ni estar en la cola durante una hora, pero «prefiero estar esperando lo que haga falta», comentaba ayer Ángela Jaimez, que llevaba tres cuartos de hora esperando en el Complejo Triunfo y aún le quedaba un rato. Ángela vino de Loja para pedir plaza en Ciencias Ambientales en la UGR. Dice que tiene nota de sobra. Eso lo tiene tan claro como que no le importa desplazarse desde Loja para entregar en mano a los trabajadores de la institución universitaria su preinscripción.

La preinscripción on line cala poco y las colas no desaparecen, por lo menos en Granada. Y eso a pesar del esfuerzo del Servicio de Alumnos para evitar horas de espera. Tiene a todos sus empleados atendiendo al alumnado. El año pasado, por ejemplo, en esta primera fase de preinscripción para los primeros ciclos se entregaron 6.615 en las ventanillas y 2.930 a través de la red. En segunda tanda el sistema cibernético lo usaron sólo 378 alumnos.

Desde la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, que el viernes informó del avance del uso de internet en esta cuestión a nivel autonómico -un 200%-, destacaron que este año como novedad, el programa informático habilitado para tramitar por internet las inscripciones universitarias, envía a cada solicitante un SMS confirmando el correcto almacenamiento de su solicitud en la base de datos del Distrito Único Andaluz (DUA).

Asimismo, desde la Administración añaden que el programa remite un correo electrónico con la solicitud formulada que sirve de resguardo para el interesado, con lo que se evita que el estudiante tenga que desplazarse hasta las oficinas de preinscripción. Por último, en caso de ser necesaria la aportación de algún documento, el programa informa a cada estudiante de los pasos a seguir.

A pesar de todas estas garantías, hay alumnos que llegan desde Murcia, Córdoba… para hacer la preinscripción en persona. De otra provincia o de Granada son varios los errores en los que inciden los futuros universitarios y que después les acarrean a ellos y a sus familiares grandes dolores de cabeza. Hay descuidos de todos los tipos, aunque algunos tienen unas consecuencias menos traumáticas que otras.

Errores graves

Lo que tiene más difícil solución es la equivocación en los códigos a la hora de rellenar la preinscripción. Eso puede llevar a solicitar una carrera que no se parezca en nada a la deseada y quedar excluido de la que se quiere cursar. Los alumnos a veces tampoco tienen claro las prioridades y el orden en la elección, otras veces surgen los arrepentimientos de última hora y no quieren estudiar lo que han pedido o en otras ocasiones se confunden con el apartado de simultaneidad, que es sólo para los que ya están matriculados y haciendo otra carrera.

A esta retahíla se suman otras pifias, con consecuencias menos traumáticas, como olvidarse de rellenar el apartado de las notas, no firmar el documento o no incluir algún documento. Otra cuestión muy común -más que lo citado- es que los alumnos van acompañados de sus familiares; y otra es que no se leen las instrucciones ni los plazos de preinscripción o matrícula.
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