GRANADA
La ciber, un viaje al centro de la red
En 44 horas los 500 participantes han enviado y recibido tantos datos como caben en 22.469 CDs
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LA tasa de transferencia de datos en la red interna e Internet del Granada Byte Festival se ha superado a sí misma. En sólo 44 horas, los participantes han trabajado con un volumen total de datos que supera los 15 terabytes, una unidad de medida informática que equivale a 1.024 gibabyte, o lo que es lo mismo, 15,7 millones de megas. En definitiva una cantidad ingente de datos, que si quisiéramos guardarlos en CD ROM, necesitaríamos 22.469 discos de 700 megas cada uno, los que habitualmente compramos en las tiendas de informática.
Durante dos jornadas, los 500 participantes de la ciberparty de Granada (250 oficialmente inscritos y sus colegas) han dado un ejemplo de trabajo tenacidad y de participación en común. «No ha habido ni el más mínimo problema. El comportamiento ha sido excelente y en completa camaradería», afirma José Antonio Rodríguez, uno de los responsables de la cuarta edición del CGB, que incide en algo que va muy en contra de la imagen habitual que se da de los jóvenes enganchados a sus ordenadores. «No paran de hablar, el grado de comunicación es excelente. Se ha ejercitado la conversación de una manera impensable», afirma el responsable de las cuestiones técnicas de la party, Juan Ros.
Durante la noche del sábado al domingo, casi nadie durmió en el hall de la Facultad de Ciencias. corrillos, transferir información entre ordenadores, programas, juegos, películas, programación personalizada y, sobre todo, descargas de la red a velocidad de vértigo (alrededor de 80 mb por segundo, cien veces más que una línea ADSL normal).
El Granada Byte Festival se convertía durante sus 44 horas de actividad en el centro de la red a nivel internacional. «En pocos sitios del mundo, excepto las grandes corporaciones o los gobiernos, podría haber mayor movimiento de datos en tan poco tiempo», afirma uno de los participantes, que ya tenía sobre la mesa una bobina de 50 CDs recién grabados con todo tipo de imágenes, juegos y programaciones. ¿Pirateo?, la respuesta es negativa: «Hay mucho archivo de libre uso en Internet, más lo que hemos compartido entre nosotros, y además, ya pagamos 20 céntimos por cada disco a la SGAE, así que lo de pirateo es muy relativo. Se paga incluso si lo usas para grabar tus propias creaciones», dicen varios de los chavales concentrados en la party.
Los participantes han reconocido que este año la organización ha mejorado mucho. «Hubo problemas de conexión en algunos puestos al principio, pero se arregló, y los voluntarios se han portado estupendamente», dicen dos chicos que niegan, por lo bajo, ser hackers en sus ratos libres.
Han sido 21 voluntarios, todos ellos del Instituto Zaidín Vergeles, que han estado pendientes de que no faltase nada a nadie. Conexiones, cables, enchufes, e incluso presentar a chicos de inquietudes similares.
Ayer a medio día, el hall de Ciencias, acusaba el esfuerzo de todos. Sacos de dormir semiguardados, muchos botes y latas de refrescos, bolsas y mochilas ya con los ordenadores y pantallas en su interior. «El año que viene esperamos que sea en un sitio más grande. Seguro que volvemos».