– La biografía de Alejandro Otero recupera una Granada olvidada.
Los autores, Enriqueta Barranco y Fernando Girón, abordan sus facetas como ginecólogo y como político.
Alejandro Otero fue ginecólogo, decano de Medicina, rector de la Universidad de Granada, diputado del PSOE y, tras huir días antes del alzamiento fascista de 1936, alto cargo del Ministerio de Defensa de la República. Gallego de nacimiento, este médico enérgico y brillante dejó profunda huella durante los 22 años que pasó en Granada -entre 1914 y 1936-, pero su muerte en el exilio mexicano en 1953 enterró su nombre en cierto olvido, hasta que los profesores de Medicina Fernando Girón y Enriqueta Barranco comenzaron a indagar en su vida. Fruto de sus dos años de investigación en España y México es el libro Alejandro Otero, una biografía publicada por la Obra Social de CajaGranada en la que, junto a la trayectoria del protagonista, se refleja la ciudad en aquella época convulsa. Para los autores, que ayer firmaron ejemplares de su obra en la Feria del Libro, este ensayo es una contribución a la recuperación de la memoria histórica.
Adelantado
Barranco aseguró que, como médico, Otero era «un adelantado a su tiempo». Tras estudiar en Alemania, llegó a Granada como catedrático de Obstetricia con apenas 25 años y aplicó ideas novedosas. «Redujo la elevada mortalidad en las operaciones ginecológicas con una técnica muy depurada e instrumental que compraba en el extranjero -muchas veces de su bolsillo-, y mejoró las condiciones en las clínicas públicas», recordó la ginecóloga.
Girón se refirió a su faceta menos conocida como subsecretario de Armamento de la República. «Puede extrañar que un médico se dedicase a comprar armas, pero Otero era una persona acostumbrada a organizar: fue rector, consejero de la Caja de Previsión Social de Andalucía oriental, director del sanatorio de La Salud… El cargo no le venía grande», afirmó el profesor de Historia de la Medicina.
Los autores destacaron que su obra no es una simple biografía. «Es un libro sobre la época con Alejandro Otero como hilo conductor», dijo Girón. «No se trata sólo de ensalzar las virtudes del personaje -matizó su colega-; también aparecen los contraluces».
Por ejemplo, han ahondado en un hecho controvertido que otros historiadores no se atrevieron a tocar: la sublevación del 36 no le cogió en Granada. Barranco fue concluyente: Otero no estaba de vacaciones en Suiza, como en ocasiones se había dicho, sino que huyó en la madrugada del 8 de julio porque estaba avisado de lo que se avecinaba y sabía que, si se quedaba, los fascistas lo matarían, como de hecho asesinaron a muchos de sus correligionarios.
El libro contiene algunas curiosidades, como que Otero, que no tuvo hijos -él que trajo a tantos al mundo-, dejó «dos viudas». Su primera mujer, pese al divorcio, no renunció al título e incluso quiso ser enterrada junto a él en Redondela, su pueblo natal.
El volumen, que tiene 915 páginas y cuesta 20 euros, va por su tercera edición.
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