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La Alhambra sin prisas

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La Alhambra sin prisas
La Universidad y la Junta publican una guía histórico-artística del monumento nazarí dirigida a un «visitante pausado»
INÉS GALLASTEGUI// FOTOS: IDEAL / GRANADA
La Alhambra sin prisas
JOYA. La Alhambra es el conjunto monumental medieval mejor conservado de Europa.
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LA Alhambra es hoy una «joya arquitectónica engastada» entre los árboles. Rojo sobre verde. Pero en época nazarí, los cristianos que la asediaban desde la Vega veían una imponente fortaleza blanca elevada sobre la tierra desnuda de la Sabika: sus torres y murallas estaban encaladas y el bosque no existía. Éste es uno de los secretos que revela la última guía histórico-artística de la Alhambra, dirigida a un visitante sin prisas y centrada en aspectos poco convencionales del conjunto monumental, como la vida cotidiana de sus antiguos moradores, la convivencia entre culturas a lo largo de los siglos o la división sexual de las diferentes estancias.

La guía fue encargada por el anterior director del Patronato de la Alhambra, Mateo Revilla, a la profesora de Historia del Arte Elena Díez Jorge, para sustituir a la guía oficial de 1998. Pero la nueva directora del monumento, Mar Villafranca, no asumió tal encargo, que finalmente ha sido editado por la Universidad de Granada y la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa. De la guía se han publicado 5.000 ejemplares, distribuidos en librerías y grandes almacenes con un precio de 15 euros, así como en todas las universidades españolas. Los editores estudian la posibilidad de lanzar una versión en inglés.

Elena Díez Jorge, actual vicerrectora de Patrimonio, Infraestructura y Equipamientos de la Universidad, afirma que «todas las guías son necesarias», incluso las más «comerciales», pero la suya, de carácter histórico-artístico, está dirigida «a un visitante más pausado». «Invita a ver la Alhambra desde diferentes perspectivas, en varios días y con diversos itinerarios», apunta la profesora.

No obstante, la autora recalca que esta obra también puede servir para turistas apresurados que apenas disponen de un par de horas para apreciar las bellezas de la Alhambra. De hecho, en el itinerario propuesto por los autores, cada elemento arquitectónico se presenta con una pequeña ficha en la que se explican sus características y funciones. Si el lector quiere saber más, debe leer el capítulo completo. Y también puede usar el libro para «seguir viviendo y sintiendo la Alhambra» cuando ya se encuentre a cientos de kilómetros de ella.

El volumen introduce «nuevas perspectivas» sobre la Alhambra. Aparte de las descripciones de cada uno de los palacios, patios, salones, torres o miradores, esta obra trata de descifrar sus «funciones simbólicas y estéticas» y los usos que tuvieron en el pasado. Así, los autores se preguntan quiénes habitaban cada edificio, o si una estancia acogía eventos políticos, celebraciones sociales o reuniones familiares.

Niños jugando

El libro trata de evocar la vida diaria de sus habitantes. «La Alhambra -recuerda el texto- no es sólo la vida de los cortesanos, sino que todo el servicio a su disposición tenía ubicados sus talleres y viviendas en el propio recinto y en sus proximidades. El ruido de los talleres o las voces de los niños jugando llenaban las calles de una ajetreada ciudad».

La guía mira la Alhambra desde una perspectiva de género: en el capítulo dedicado a «los espacios femeninos y masculinos», apunta algunas hipótesis sobre cuáles eran las habitaciones públicas, más utilizadas por los varones, y cuáles las reservadas a las mujeres, casi siempre privadas, ya que tanto el islam como el cristianismo favorecían la reclusión de las féminas. La separación entre sexos resulta evidente en baños, iglesias y mezquitas, pero es más sutil en otros ámbitos.

Otra perspectiva innovadora es la de la multiculturalidad, ya que, como señala el texto, el conjunto nazarí fue a lo largo de su historia escenario de convivencia entre culturas. En ocasiones, los especialistas se enfrentan a la «hermosa dificultad» de averiguar si una techumbre, un zócalo o una yesería se deben a manos musulmanas o cristianas.

Por ejemplo, los autores consideran que «la teoría de que el Palacio de Carlos V era un emblema del dominio de la cultura cristiana sobre la islámica está hoy desestimada». Para construir el proyecto de Pedro Machuca, los nuevos ocupantes de la Sabika no destruyeron un edificio anterior; al parecer, adecuaron el diseño a los Palacios Nazaríes y derribaron sólo una galería previamente destruida por un incendio.

Itinerarios

La guía sugiere un recorrido fácil de visita: pabellón de entrada, Paseo de los Cipreses, Medina, Calle Real, Alcazaba, Palacio de Carlos V, Palacios Nazaríes, Paseo de las Torres y Generalife.

Pero también propone itinerarios alternativos en el entorno del conjunto nazarí: un paseo por el bosque de Gomérez -pasando por el Pilar de Carlos V, la Puerta de las Orejas, el Carmen Rodríguez-Acosta y el Carmen de los Mártires-; una caminata por la Carrera del Darro y la Cuesta de los Chinos; una ruta de senderismo por el parque de la Dehesa del Generalife; o bien los itinerarios de los jardines y del agua.

Con prisas o con pausas, este libro invita a entrar en un monumento único en el mundo: a su exotismo -«un palacio netamente islámico en medio de la tradición arquitectónica europea»- se une un estado de conservación excepcional en el continente, a pesar de restauraciones más o menos afortunadas y de la desaparición de muchos edificios.

La publicación termina con varios apéndices: crónica histórica, galería de personajes (sultanes y monarcas, poetas, arquitectos y estudiosos), glosario y bibliografía. Y muestra en sus mapas una Alhambra estratificada, tal como fue a lo largo de los siglos.

igallastegui@ideal.es
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