Inicio / Historico

La Alhambra, musa de la arquitectura

VIVIR
La Alhambra, musa de la arquitectura
Plazas de toros, teatros, hipódromos, residencias privadas… edificios y monumentos de América Latina de finales del XIX y principios del XX se inspiraron en el palacio nazarí

La Alhambra de Santiago de Chile
F 1862: Situada en Santiago de Chile, esta residencia creada por Manuel Aldunate, es uno de los ejemplos más tempranos del estilo neoárabe. El arquitecto, sufragado por el primer propietario, viaja a Granada para aplicar, casi literalmente algunos elementos, como los capiteles nazaríes.
LA arquitectura como fantasía, como vuelta a la época nazarí. Así se define el estilo neoárabe, un movimiento difundido principalmente por la cultura anglosajona del siglo XIX. Su fuente de inspiración más importante es la Alhambra. Estos edificios y monumentos pueden encontrarse por toda la geografía iberoamericana e incluso en la zona más meridional de Estados Unidos. En este último enclave aparecen numerosos palacetes destinados a los nuevos ricos, que reproducen la escenografía de las películas del Hollywood de los felices años veinte, ambientadas en el mundo árabe, como El ladrón de Bagdad.

Rodrigo Gutiérrez, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Granada, expuso algunos ejemplos dentro del encuentro internacional La Alhambra. Novísimas aportaciones y reflexiones, que ayer se clausuró en la sede de la Fundación Euroárabe, que organiza el evento junto con el Centro de Estudios de Al Ándalus y de Diálogo de las Civilizaciones de Rabat.

Morisco

Rodrigo Gutiérrez indica que el estilo neoárabe, que era como se conocía en España, adoptaba el nombre de morisco en Latinoamérica, «que proviene del término anglosajón moorish style, ya que el camino por el que llega esta arquitectura al contienente es a través de Inglaterra, pasa a Estados Unidos y luego se irradia hacia el sur, sobre todo en la región del Caribe».

Otra vía principal de penetración, según el experto, son «las exposiciones universales, caracterizadas por las arquitecturas historicistas llamadas Carnaval de estilos, donde confluyen el neohindú, pabellones neogóticos, neorománicos y, por supuesto, neoárabes. Se difunde por arquitectos americanos y sobre todo por las revistas ilustradas, los grabados y los manuales de arte ornamental, como el de Owen Jones».

Gutiérrez explica que «la Alhambra sirve como base primigenia, pero en la arquitectura historicista, la fantasía del autor juega un papel fundamental».

Una tercera vía, aunque menor, es a través España, que toma lo islámico como estilo nacional, que es distintivo del resto de los países europeos. Muchos organismos españoles instalados en América, cuando hacen sus edificios, recurren al lenguaje neoárabe.

El profesor diferencia este estilo con el neomudéjar. Con estos dos tipos de arte se construyeron plazas de toros, teatros, hipódromos, saunas, residencias privadas, torres de reloj y quioscos de música. Entre los ejemplos más destacados, Gutiérrez nombra, en cuanto a residencias privadas, la que se conoce como La Alhambra, un edificio construido en 1862 en Santiago de Chile por el arquitecto Manuel Aldunate.

Capricho

Rodrigo Gutiérrez sostiene que este tipo de construcciones «se hacen con el concepto de capricho. En el caso de esta Alhambra, de su promotor, que financia el viaje a Granada del arquitecto para después aplicar algunos elementos casi literalmente, como los capiteles nazaríes, aunque también deja volar su propia fantasía.

Además, en el cementerio de la misma capital chilena hay un panteón neoárabe que pertenecía a Claudio Vicuña, presidente de Chile de finales del siglo XIX, que fue el segundo inquilino del palacete Alhambra. Un personaje al que apodaban Calígula -emperador romano-, porque en esa residencia preparaba unos banquetes fastuosos rodeado de magnates, nuevos ricos y políticos.

Otros monumentos representativos son la plaza de toros de Santa Fe de Bogotá, construida en 1931; el palacio de las Ursulinas y el cine Universal de La Habana, creados en los años veinte; o el palacio Acisclo del Valle, que data de 1917 y situado en la localidad cubana de Cienfuegos. Precisamente es en este país donde más está presente el neoárabe.

Un elemento de la Alhambra que se reproducía con más asiduidad era la fuente del patio de los Leones, muy presente en todos los países latinoamericanos.

Descargar