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Joyas literarias sin corona

Joyas literarias sin corona.
El Centro de Estudios Bizantinos almacena por falta de espacio en un sótano de Albolote más de 6.000 volúmenes de extraordinario valor.

EL Centro de Estudios Bizantinos de Granada se queda sin espacio. Más de 6.000 libros, auténticas maravillas de la literatura griega, permanecen almacenados en un sótano en Albolote. Joyas sin corona que corren el riesgo de pudrirse abandonadas. El director de la institución, Moschos Morfakidis, relata cómo los 15.000 volúmenes que poseen desbordan los añejos anaqueles de la actual sede, a pesar de que la biblioteca constituye, en palabras de Morfakidis, «una de las mejores que existe fuera de Grecia, por no decir la mejor».

Morfakidis lamenta el almacenamiento de las dos últimas donaciones, que ascienden a más de 6.000 libros y que «sólo en sí mismas, ya constituyen una de las mejores colecciones fuera de Grecia». «No hemos podido ver siquiera estos libros, ni catalogarlos. Esta situación es muy contraproducente porque, por una parte, las obras que no están a disposición del público es como si no existieran y, por otra, porque la mala publicidad de la falta de espacio, puede hacer que futuros donantes no nos manden nada».

«Hemos solicitado formalmente al Ayuntamiento de Granada una nueva sede más amplia para hospedar la biblioteca, realizar nuestras actividades y también poder hacer realidad nuestro proyecto de crear una exposición permanente sobre la España bizantina. Aún estamos a la espera. Esperamos que el ayuntamiento se sensibilice, porque nuestra institución funciona en beneficio de la ciudad. Es algo único, de proyección internacional, que sale de los límites de nuestra provincia. Granada no debería permitirse perder algo así», afirma el director del centro, que cuenta con la colaboración y el apoyo de la Princesa Irene, hermana de la Reina Sofía.

«La nueva sede debería estar en un lugar céntrico y amplio. Nos hemos ofrecido incluso a sufragar los gastos de la rehabilitación de algún edificio de la ciudad, como Santa Inés, pero creo que al final no saldrá adelante, porque como hemos sabido a través de la prensa, se cederá al Festival de Música y Danza de Granada. Y no nos oponemos a ello porque esta institución es de las más emblemáticas de la ciudad, aunque creo que lo nuestro también merece un reconocimiento especial».

Madrid al acecho

Y advierte: «El hecho de que el centro se abriera en esta ciudad y no en Madrid despertó recelos, y todavía el peligro no ha desaparecido. Periódicamente surgen voces discordantes. Nosotros pensamos que Granada es una elección acertada, pero también creemos que el centro tiene que ser apreciado, reconocido y mimado por las autoridades», reivindica el director griego, natural de la ciudad de Drama.

El Centro de Estudios Bizantinos, Neogriegos y Chipriotas nació hace siete años en un luminoso y vetusto piso modernista de Gran Vía, con la intención de promover la investigación del mundo bizantino y neogriego mediante exposiciones, ciclos de cine, congresos, investigaciones y una extensa biblioteca. Sus objetivos los consiguió con creces hasta al punto de que ahora precisa una urgente ampliación.

El gran proyecto del centro es el de crear una exposición permanente sobre la presencia bizantina en España. «La España bizantina es un periodo escasamente conocido, pero hay que concienciar a la gente de que la mayor parte de Andalucía y del Levante fue bizantina durante más de ochenta años. Es casi un siglo, que se desconoce». «Queremos enseñar a base de reproducciones, fotografías, planos, mapas y vídeos lo que fue esta presencia. Por ejemplo, la Iglesia paleocristiana de Gabias, se cree que ha sido bizantina y el propio patrón de la ciudad vino de Atenas y fue discípulo de Dionisio Aeropajita», defiende Morfakidis, profesor de Filosofía Griega y Eslava de la Universidad de Granada.

Entre las selectas muestras de papel y pergamino de este copioso archivo destaca la donación de Constantino Tsatsos, primer presidente de la República de Grecia, entre la que figuran obras de la Generación del 30 -paralela a la del 27 en España- firmadas y dedicadas por sus propios autores.

Abierto al público

«La mujer del presidente, la poetisa Ionna Tsatsos, perteneció a este grupo de poetas y fue muy importante, aunque quedó eclipsada -como otras muchas mujeres brillantes de la época- por otros varones de su familia. En este caso su hermano Giorgos Seferis fue primer premio Nobel de Literatura Griega», dilucida el director.

El centro ofrece al estudio y la investigación de profesores, estudiantes e interesados, colecciones que son auténticas maravillas de la literatura bizantina, obras de célebres autores neogriegos elaboradas en taller de grabado, de las que sólo existen 100 ejemplares y que, además, están dedicadas especialmente por el autor a una persona en concreto. Una copiosa biblioteca que está abierta a todo el que lo desee en horario de 9.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas.

Además, entre las paredes de este palacio de bibliófilos e historiadores, se desarrollan diversos proyectos de investigación, cuyos resultados publica la propia editorial del centro.

«Se está elaborando un gran diccionario de griego moderno-español y viceversa, puesto que actualmente no hay ninguno, y también diversos diccionarios monográficos. Ahora están en la imprenta uno sobre peces y otro sobre términos religiosos. Y están pendientes otros de medicina, biología, literatura y términos lingüísticos», precisa Morfakidis.

Otro de sus estudios se centra en localizar y reunir las fuentes españolas, árabes y hebreas sobre Bizancio y la Grecia moderna. «Disponemos ya de un pequeño tesoro, la mejor colección existente de bibliografía en español sobre viajeros del siglo XIX y principios del XX que han viajado a Grecia, el Imperio Otomano, la península balcánica y Tierra Santa».
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