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«Hay que hablar más con los pacientes y darles menos pastilla»

LOCAL
JOSÉ MARÍA LÓPEZ SÁNCHEZ PSIQUIATRA
«Hay que hablar más con los pacientes y darles menos pastilla»
«El médico, debido a la presión asistencial que padece, ha perdido su condición de humanista y se ha convertido en un funcionario»
A. CÁRDENAS/GRANADA

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José María López Sánchez, profesor titular de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, está convencido de que se hace necesario un debate sobre el papel que quiere la sociedad de los médicos porque los profesionales de la medicina «han perdido su condición de humanistas». José María López es coordinador del Ateneo de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, un espacio que aporta un frente de intereses humanísticos y antropológicos al contexto universitario «extremadamente tecnificado y deshumanizado» en el que se vive hoy.

-¿Dice que los médicos han perdido su condición de humanistas?

-Sí. Esta época y esta cultura médica han hecho del médico un funcionario o un asalariado, como ya preveía Ortega y Gasset en la Rebelión de las masas. En los últimos cincuenta años han incidido sobre la tarea del médico factores tan poderosos que la han puesto boca abajo. El médico cercano al paciente y a su familia, aquella persona de confianza que le contábamos nuestros problemas, ha desaparecido. Ya no hay relación médico-enfermo, sino relaciones entre técnicos y personas en el uso de sus derechos. Y la salud es prioritaria.

-¿Qué factores han tenido la culpa en este distanciamiento entre médico y paciente?

-En primer lugar el despegue técnico de los conocimientos y del saber. Luego, los costes altísimos de las intervenciones médicas, y, por último, la apropiación de las tareas médicas por el ámbito de decisión de las políticas sanitarias. Hubo un tiempo en que se decía que la guerra era alto tan importante que no podía dejarse en manos de los militares. Aquí ha sucedido igual: la Medicina ha llegado a ser tan importante que no puede dejarse en manos de los médicos.

-Es usted de la opinión de que el exceso de información sobre la salud produce hipocondría.

-Sí, por supuesto. Las sociedades se han medicalizado. No tiene usted nada más que ir a un quiosco de prensa y verá cuantas publicaciones y diccionarios sobre la salud se venden. En la televisión ya hay cientos de programas sobre medicina. Antes sólo sabía de medicina el médico. Ahora sabe todo el mundo. Y eso, por supuesto, nos ha convertido en seres muy hipocondríacos. Todo ello incide en las tareas médicas de forma muy directa.

-¿Quiere usted decir que se deteriora la praxis médica?

-Sí. Los pacientes hoy día cuando acuden a una consulta llevan ya una información falseada de lo que les pasa. Si se añade la intensa presión asistencial a la que es sometido el médico, puede salir algo que no es beneficioso para nadie. Salen denuncias e insatisfacciones personales. Por eso se dice que lo que la padece la clase médica es una escepticemia ó, lo que es lo mismo, el mal del escepticismo.

-Usted es psiquiatra, ¿en este campo también se han deteriorado las relaciones entre el profesional y el paciente?

-Claro. Hay por ejemplo listas de espera de cuatro meses y se trabaja muy deprisa, se trabaja sobre síntomas y a los enfermos se les da pastillas para remediar sus males. No hay tiempo para estudiar el por qué les vienen esos males. Hay que charlar más con los pacientes y darles menos pastillas. Si alguien por ejemplo padece una neurosis de angustia, se puede beneficiar de algunos fármacos, pero lo importante es que se le ponga un psicoterapeuta que hable con él y sepa llegar al origen de su padecimiento.

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