«Hay que empezar a divulgar la Ciencia en la ESO, en la Universidad ya es tarde»
Un ministerio no es un amor a primera vista. Cuesta imaginar a Rubalcaba enamorado del ministerio del Interior o a Chacón, cautivada por el de Defensa. Tampoco se concibe a Magdalena Álvarez suspirando por las autovías y los aves. Pero bastan un par de preguntas a Cristina Garmendia para certificar que lo suyo con la Ciencia, la Innovación es pura química, un flechazo, una vocación que no cesa. Es como si llevara el I+D+i en los cromosomas. La ministra se desenvuelve con una naturalidad asombrosa entre los precipicios del lenguaje científico y además tiene tanta facilidad de palabra que cualquiera diría que es de Ciencias Puras. Y vaya si lo es. Nacida hace 46 años en San Sebastián, Garmendia ha estado ligada desde siempre al mundo científico. Se licenció en Biológicas en Sevilla (en los meses de abril solía venir a Sierra Nevada a esquiar en vaqueros y camiseta. «¡Qué gozada!, recuerda»), se doctoró en Biología Molecular en Madrid tutelada nada menos que por Margarita Salas y, con el tiempo, desarrolló un exitoso modelo empresarial que dio origen al grupo biotecnológico Genetrix integrado por nueve empresas. Ahora trata de repetir en el Ministerio (del que también depende la Universidad, aunque no aparezca en su denominación) los logros profesionales cosechados como resultado de llevar al terreno empresarial su visión científica. Garmendia, casada y madre de dos hijos, Ander de 13 años y Teresa de 12, posee cierto magnetismo derivado de su buena planta -es espigada como un junco-, su potente mirada y una melena perfecta que mueve con sofisticada soltura. Viste con elegancia y es todo cordialidad… salvo cuando le sale la vena donostiarra para defender con uñas y dientes los pintxos de San Sebastián frente a las tapas granadinas.
-Empecemos por el personaje de la semana, ¿qué se le pasó por la cabeza al ver a Barack Obama jurar el cargo de presidente de los Estados Unidos?
-Llevo muchos meses ilusionada con el nombramiento de Obama. Significa un acercamiento de la ciencia y de la investigación y eso me alegra mucho. Se abre una etapa muy ilusionante para lo que puede suponer para España en términos de oportunidad científica.
-Así que Obama también representa ilusión y esperanza para la ciencia española.
-Es que ya en los últimos meses hemos visto un espíritu proactivo de muchas de las instituciones científicas americanas hacia España. Y eso ya se ha concretado en actuaciones como la firma de un convenio con el Estado de California en Medicina Regenerativa. Que California, que lidera la Medicina Regenerativa en Estados Unidos, elija a España como país de Europa pionero en la investigación de este campo es una muy buena noticia para el sistema científico y empresarial español. Y ahí va a estar por supuesto el Banco de Células Madre de Granada.
-No se cansa de repetir que nuestro retraso en I+D obedece a que hasta hace poco aquí no había cultura científica. En Granada contamos con el Parque de las Ciencias que está despertando vocaciones en niños y adolescentes, con el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud (PTS) y con una Universidad que apuesta por las empresas de base tecnológico, ¿es ése el camino que hay que seguir para acercar la ciencia a la sociedad?
-El PTS es de esos proyectos que transforman la ciudad y ya verás como en los próximos años podremos medir su impacto en Granada. Si además lo complementas con un proyecto como el Parque de las Ciencias, pues tenemos que Granada puede convertirse en todo un referente. De esos dos proyectos emblemáticos y complementarios va a surgir un gran fenómeno dentro de la sociedad granadina.
-Ministra, ser investigador hoy en España es…
-Ser investigador hoy en España es apostar por una carrera de futuro con clara proyección internacional.
-Y entonces, ¿qué diría a uno de tantos jóvenes investigadores que tienen talento y llevan años trabajando pero sin seguridad económica y mirando al futuro con más incertidumbre que otra cosa?
-A ese joven investigador le diría que no mire al pasado, que es bastante triste. Tenemos que mirar al futuro y los últimos datos son muy alentadores. Desde 2004 el presupuesto asignado a I+D se ha multiplicado por 2,7. Hemos desarrollado una estructura de parques científicos y tecnológicos de primer nivel. Nuestras empresas están incrementando su apuesta en I+D a una media del 15%, la más alta de Europa. Hay investigadores que han regresado a España y es verdad que igual se han encontrado con una estabilidad que no es la que esperaban, pero estamos avanzando en todos los frentes.
-Pero aún hay pocos jóvenes que quieran ser investigadores. Dicen que quieren ser médicos, arquitectos, abogados, profesores… pero investigadores, no.
-Es que tenemos que empezar por hacer divulgación de la Ciencia en Secundaria. En la Universidad ya es demasiado tarde. Las vocaciones se despiertan en la ESO.
Temor al Plan Bolonia
-¿Comparte el temor de los alumnos al Plan Bolonia?
-No lo comparto, pero lo entiendo. Bolonia es transformador para la Universidad española y todos los cambios generan inquietudes y esas inquietudes tienen que tener una respuesta concreta y clara. ¿Se va a privatizar la Universidad? No, todo lo contrario. Bolonia quiere una Universidad basada en los valores y que las titulaciones sean comparables y compatibles. Que haya una movilidad de los estudiantes y los profesionales por los 46 países que han firmado el Tratado. Y respecto a la mercantilización, que alguien me diga dónde está. No hay ningún indicio. La adaptación de las titulaciones busca que éstas tengan el máximo nivel de empleo.
-¿Cómo estudiaría hoy si tuviera 18 años y llegara a la Universidad?
-Yo ya di un buen salto en mi época. Yo quería ser investigadora. Me gustaba la biomedicina. En aquel año, 1980, el gran problema de la Universidad era la masificación. Entonces encontré que la Universidad de Sevilla en quinto de carrera hacía una especialización con un curso práctico diseñado para sólo doce alumnos. Allí me fui. Mi madre me preguntaba, \’Ay hija, y más lejos no te puedes ir\’. Estudié toda la carrera en Sevilla para llegar a aquel grupo de doce alumnos.
-¿No tuvo reparos en estudiar a mil kilómetros de casa?
-Ninguno. Tenía claro dónde estaba lo que quería. Y era en Sevilla. Lo que pasa es que en España las familias intentamos que nuestros hijos estudien cerca de donde vivimos y esto es un error de diseño que nos está pasando factura. Tenemos que incentivar a nuestros hijos a que reflexionen sobre qué quieren ser y dónde está la mejor Universidad para aquello que quieran ser. Las administraciones públicas tenemos que dar respuesta a esa demanda diseñando un sistema de universidades de calidad y competitivo y haciendo una política de becas suficiente en cuantía, en número y en movilidad. Es importante que un estudiante que opte por una universidad autónoma distinta de su comunidad tenga una ayuda económica suficiente para poderse mover.
Universidad de Granada
-¿Por cierto, qué opinión tiene de la UGR? ¿Cree que sus 500 años de historia pesan como una losa a la hora de apostar por la innovación?
-La Universidad de Granada es una de las grandes universidades españolas. Primero porque es muy emblemática, segundo porque tiene unas licenciaturas y grados muy bien planteados y tercero porque tiene un equipo de gobierno excelente. Sus 500 años de historia no son una losa sino un reto ante esta gran oportunidad que significa Bolonia, el Espacio Europeo de Educación Superior.
-¿Qué diría que es lo más rompedor que ha llevado a cabo su ministerio de Innovación desde que echó a andar?
-Hemos innovado casi todo. Una de las cosas más innovadoras puede ser que para debatir las propuestas hemos creado unas wikis que nos permiten interaccionar con todas las partes implicadas en esas propuestas. El recibir críticas concretas y tener que darles respuesta te permite saber por dónde pueden ir los problemas.
-¿Cree en las relaciones por Internet?
-Las estoy descubriendo a través de mis hijos. No sé si creo, pero de momento estoy intentando entenderlas.
-Y ya que hablamos de Internet, ¿sexo o cibersexo?
-Bueno, aquí nos ahorramos la respuesta, ja,ja.
-¿Cuál le gustaría que fuera el descubrimiento o avance científico de la década?
-Que se demuestre de forma clara la eficacia que tiene la personalización de los tratamientos médicos a partir del perfil genético de cada paciente.
-¿Cree que habrá un Premio Nobel español a corto o medio plazo?
-Sinceramente creo que España tiene buenos candidatos a Premio Nobel en Medicina, Física y Economía. Vamos a ayudar a los científicos españoles con todo nuestro esfuerzo para que estén considerados en primera línea como candidatos al Premio Nobel.
-¿Es asidua a Google, está Cristina Garmendia en Facebook, Tuenti…?
-Consulto Google diariamente. Estoy muy atenta a Facebook y a Tuenti porque mis hijos son grandes usuarios.
-¿Cuándo fue la última vez, si la hubo, que dijo aquello de ¡Eureka!?
-Creo que no lo he dicho nunca.
-Un chiste y una reflexión ministra. El chiste. Un marido le dice a su esposa: \’Nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de máquinas. Si me ves en ese estado, desenchufa los artefactos que me mantienen vivo, prefiero morir\’. Entonces va ella, se levanta con una cara de admiración y desenchufa el televisor, el ordenador, el ipod y el móvil. El hombre casi se muere. La reflexión. ¿Está la tecnología desconectando a la gente de la vida?
-En absoluto. A mí por ejemplo me produce fascinación cómo se comunican las nuevas generaciones y desde luego hay que entender y no criticarlas. Es la evolución natural.
-Suponemos que como a todos le estará afectando la crisis. ¿Qué gastos ha recortado en su economía doméstica?
-Hemos hecho un buen recorte en el campo de los clubes y de las suscripciones. Uno siempre tiene la nostalgia de no darse de baja de un club del que es socio desde que tiene 15 años. Pero eso se acabó.
-No se prodiga mucho en los medios, se le adivina cierta timidez ¿posaría como Soraya Saenz de Santamaría?
-Ni me lo plantearía ni éste sería el momento adecuado.
-Tres pequeños placeres cotidianos…
-Me encanta despertar a mis hijos por la mañana y acostarlos por la noche, porque a partir de ese instante entra mi momento de paz en el que puedo tener un espacio para pensar. También me gusta pasar con ellos los fines de semana. Están en una edad estupenda, tienen 12 y 13 años, y me divierto mucho con ellos.
-Veamos su diplomacia ministra, ¿qué ciudad es más bella, Granada o San Sebastián?
-Son dos ciudades maravillosas. ¡Hombre preguntar a una donostiarras entre Granada y San Sebastián pues…!
-Entendemos que no se moje. Aquí, ministra, tiene que hacerlo. ¿Tapas granadinas o pintxos donostiarras?
-Ja, ja. Con la crisis van bien las tapas granadinas, pero donde esté un pintxo…
-Dígame el último libro con el que ha disfrutado.
-\’Sexo, ecología y espiritualidad\’, de Ken Wilber.
-¿Se subiría a ese autobús que dice \’Dios no existe\’?
-Si me subo en un autobús no me doy cuenta de lo que pone fuera.
-¿Por qué se lleva tan mal la iglesia con la Ciencia?
-Eso mismo digo yo. La iglesia debería tener el interés de entender los avances científicos.
-¿Es usted miembra del Gobierno?
-Miembro o miembra, pertenezco a este Gobierno con mucha ilusión.
-¿Se incorporaría usted al ministerio a los cinco días de dar a luz como ha hecho la ministra francesa de Justicia?
-Con los dos hijos que tengo he tratado de incorporarme inmediatamente. A mi primer hijo, al que estuve dando lactancia materna durante muchísimos meses, me lo llevaba a mi despacho profesional.
Nada que hablar con ETA
-Vasca, socialista y ex votante del PNV. A dos meses de la elecciones más reñidas de los últimos tiempos en Euskadi, ¿qué aportaría Patxi López como lehendakari?
-Puede aportar la apertura de la sociedad vasca al mundo haciendo gala de lo vasco y no cerrándose a la vasco.
-¿Usted volvería a hablar con ETA si eso significara la paz?
-Se han dado las oportunidades que se tenían que dar. No hay ninguna opción ahora de hablar con una ETA que no deponga las armas para siempre.
Descargar