JAÉN
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Torredelcampo ha acogido unas jornadas sobre el seseo, con el objetivo «defender este rasgo característico y evitar que se pierda en un futuro»
CARMEN CABRERA //FOTOS: PIQUI / TORREDELCAMPO
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JORNADAS. Se ha tratado el fenómeno del seseo en varios municipios de Jaén. / PIQUI
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Como extraños
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EL seseo es una característica de diversos pueblos de la provincia que no desean perder. Así se ha manifestado con la celebración de las I Jornadas sobre el Seseo en Torredelcampo, que ha logrado reunir a expertos e interesados en este tema. En la actividad han participado además los pueblos de Andújar, Arjona, Baeza, Bailén y Marmolejo, así como la Universidad de Jaén. A lo largo de dos días se ha hablado sobre la evolución del seseo en estos municipios y sus orígenes, algo de lo que no existe mucha información actualmente. Para poner remedio a ello, los ayuntamientos de estos pueblos han acordado convocar un premio de investigación que indague sobre el origen del seseo en la provincia.
Según la directora de las jornadas y profesora de la UJA, María Isabel Sancho, «han sido los mismos pueblos los que han promovido este encuentro, que se celebrará cada año en un municipio; y lo han hecho porque no quieren perder esta nota que los diferencia y caracteriza», matiza. Así, admite que «los jóvenes que salen fuera de estos municipios para estudiar o trabajar comienzan a diferenciar la c de la s y de la z porque está mejor visto», aclara Sancho. Añade que «sin embargo, éste es un rasgos lingüístico que debemos defender e intentar que no se pierda», apunta. De hecho, la profesora asegura que este rasgo se recoge en las personas de más edad y con un nivel educativo menor. Ahora, desde el colegio ya se distingue.
Poco prestigio
Uno de los ponentes ayer en la localidad torrecampeña fue el profesor de la Universidad de Granada Juan Antonio Moya, quien habló sobre el prestigio del seseo. «En Andalucía oriental, el prestigio se encuentra en la distinción de estas tres letras, por lo que se tiende a prescindir tanto del ceceo como de seseo. Éste último está algo más aceptado porque se ve como más familiar, con solidaridad. En cambio, en Andalucía oriental sí que se asocia el prestigio con el seseo», aclara el profesor de la UGR. Y es que este prestigio está condicionado con el porcentaje de uso, que es muy elevado en provincias como Córdoba y Sevilla. «El seseo se asocia con la gracia sevillana, los que no tienen este rasgo lo ven como algo atractivo, todo lo contrario de lo que ocurre en la provincia de Jaén», apunta Moya. Añade también que la presión social que se ejerce es muy importante en este tema ya que «alguien que se va a vivir a una zona en la que no es habitual sesear, tiende a diferenciar las letras, para adaptarse e integrarse mejor en el ambiente en el que se mueve», advierte.
Otro de los ponentes fue Juan Antonio Frago, catedrático de la Universidad de Zaragoza, quien puso de manifiesto la importancia del andaluz en el español de América. Su pronunciación, con todos sus rasgos lingüísticos, se trasladó también al nuevo continente, sobre todo en el siglo XVI y principios del XVII, cuando la emigración regional de Andalucía fue mayor. «En este tiempo se escribieron miles de cartas, en las que se recoge el habla en aquel tiempo de diferentes estratos sociales», dice Frago.
Errores al escribir
No sólo se trasladó la fonética, sino también el vocabulario andaluz, con palabras que hoy en día apenas se utilizan, como sopaipilla (dulce) muy usado en Sudamérica o alfajor, que casi no se conoce fuera de Andalucía. Según el catedrático, en las misivas también pueden contemplarse cientos de errores en la lengua, entre los que se encuentran el seseo. «Éstas son equivocaciones que aún siguen produciéndose entre las personas que tienen esta característica lingüística, ya que tienen tres letras que pronuncian igual, por lo que se siguen equivocando al escribir, aunque cada vez menos», apostilla.