GRANADA
Granada y Riga, algo más que Ganivet
La presidenta de Letonia visita nuestra ciudad para sentar las bases de futuras colaboraciones empresariales, universitarias y culturales
ANDRÉS CÁRDENAS //FOTO: RAMÓN L. PÉREZ / GRANADA
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PEQUEÑA BIOGRAFÍA
F Nacimiento: En Riga en 1937.
F Exilio: En 1944 huyó con su familia hacia la ciudad alemana de Lübeck y más tarde se desplazó hacia Canadá, donde ha vivido 55 años.
F Regreso: Volvió a su país en 1998 y un año después fue elegida inesperadamente presidenta del país, al conseguir 53 de los 100 votos en el Parlamento.
F Estudios: Profesora de Psicología y Psicolingüística.
F Escritora: Tiene publicados siete libros sobre la poesía tradicional letona.
F Idiomas: Ha sido traductora y domina cinco lenguas.
Con los mejores recuerdos de Granada la Bella». Esta fue la frase que en, perfecto castellano y letra cuidada, puso ayer Vaira Vike-Freiberga en el libro de honor del Ayuntamiento de Granada. Está claro que la presidenta de Letonia eligió el título de uno de los libros más populares de Ángel Ganivet -el escritor granadino que se suicidó en Riga- para hacer la dedicatoria: Granada la Bella. Precisamente uno de los objetivos de este viaje tiene que ver con la posibilidad de crear en Riga un centro cultural español que lleve el nombre del escritor granadino precursor de la Generación del 98.
Si algo más sabemos de los letones, es que son escrupulosamente puntuales. A las doce y media en punto, tal y como estaba programado, llegaba el coche oficial con la presidenta de este país báltico, que venía acompañada de su marido, el profesor Imant Freibergs. En la plaza del Carmen se apilaban los curiosos que no sabían bien a qué se debía tanto revuelo de fotógrafos y cámaras de televisión. «Es la presidenta de Letonia», aclaraban los periodistas al personal. «¿Ah! Pues tiene buena presencia», decía una señora en silla de ruedas. Vaira Vike-Freiberga tiene 66 años y una permanente perfecta, de las que no dejan un pelo al descuido. Vestía una traje de chaqueta oscuro con… ¿matices tornasolados? «La que tuvo retuvo», decía otra señora al referirse a la belleza madura de la presidenta. También los representantes diplomáticos que le acompañaban eran altos, guapos y sus chaquetas estaban impecables, no se me mosqueen las feministas.
En perfecto castellano
Igualmente sabemos a partir ahora que la presidenta de Letonia es muy simpática y que le gusta acercarse al pueblo. Tras escuchar los himnos nacionales de ambos países interpretados por la Banda Municipal, le pidió al alcalde permiso para saludar personalmente a los granadinos que en ese momento estaban en la plaza. «Me ha preguntado cómo estoy y yo le he dicho que muy bien, gracias», comentaba una chica. O sea que despejó otra duda: Vaira Vike-Freiberga habla perfectamente español, lo mismo que el alemán, el inglés, el francés y, por supuesto, el letón.
En un momento de su vida en el exilio canadiense se ganó la vida traduciendo al castellano textos en otros idiomas. Así que no hizo falta intérprete a la hora de oir su breve discurso, en el que no tuvo recato para entonar la célebre canción de Agustín Lara: «Granada, tierra soñada, de lindas mujeres, de sangre y de sol». La presidenta letona agradeció la «hospitalidad de Granada y Andalucía», subrayó los «lazos de amistad» que unen a España y Letonia. Dijo que guardará en su «corazón la belleza de esta ciudad, el encanto y su leyenda, su poesía y su sabiduría, que el mundo conoció en palabras de sabios y de sus hijos Federico García Lorca y Ángel Ganivet» y deseó un «bienestar creciente» a la ciudad. Antes, el alcalde, aludió al vínculo ya para siempre entre Granada y Letonia a través del escritor Ángel Ganivet. Ambos se intercambiaron los presentes. Torre Hurtado le entregó las llaves de la ciudad y un libro sobre la Fundación de la Reina Isabel la Católica.
La presidenta de Letonia le entregó al alcalde un objeto decorativo con motivos florales alusivos a los bosques de su tierra. Después ambos se dirigieron al salón Mariana Pineda donde la mandataria letona firmó en el libro de honor y aludió a Granada la Bella, ciudad que quería visitar en privado tras haber pasado oficialmente por Madrid.
Por la tarde, tras la comida con los empresarios, la presidenta dio una conferencia sobre su país en la Facultad de Derecho y hoy tiene previsto acudir al Instituto Ángel Ganivet, en donde la delegada de Gobierno andaluz, Teresa Jiménez, le impondrá la Insignia de Oro del escritor granadino. En este centro, Vaira Vike-Freiberga inaugurará una exposición precisamente sobre la estancia de Ganivet en la Riga, ciudad en la que fue cónsul unos pocos meses antes de suicidarse en las aguas heladas del río Dvina.
Luego, como no, ella y su séquito hará una visita a la Alhambra y el Generalife. Con esta visita, la presidenta de Letona habrá cumplido con su sueño de estrechar los lazos con la Granada que conocía a través de los escritos de Ángel Ganivet y la poesía de García Lorca.