El 20 de abril el Gobierno lo anunciaba: las tasas universitarias subirián el próximo año. Aunque es una medida del Gobierno, la potestad es de las comunidades autónomas que podrán incrementar las tasas de matriculación hasta un 66%. Actualmente, cada estudiante paga un 15% del coste real de su formación, el resto corre a cargo del presupuesto público. A partir del próximo año, los ejecutivos podrán elevar ese porcentaje hasta un 25%, lo que de media, según los cálculos de Educación, supondrá 540 euros más por curso para cada estudiante. En la actualidad, las tasas universitarias varían entre los 700 y los 1.400 euros dependiendo de la región y la carrera que se estudie.
En Granada la medida ha generado un importante revuelo, al tratarse de una ciudad en la que la universidad tiene un gran peso tanto en lo económico como en lo social. Las reacciones al decreto del Gobierno no se hicieron esperar, tal y como informaba Andrea G. Parra, que contaba como la anunciada subida de las tasas no ha gustado al alumnado de la Universidad de Granada (UGR).
El coordinador de la Delegación de Estudiantes, Francisco Hidalgo, explicó que es «una medida lesiva para el estudiantado». Los datos estaban claros: El Ministerio de Educación ha recomendado que el coste de la primera matrícula cubra entre el 15 y el 25% del coste real en los títulos de grado y másteres habilitantes para el ejercicio de una profesión. La segunda matrícula cubrirá entre el 30 y el 40% del coste real. La tercera, entre el 65 y el 75% y la cuarta, entre el 90 y el 100%. Para el resto de másteres, los no habilitantes para el ejercicio de una profesión, la subida también es importante. Las cifras de los grados se traducen en la subida de un 66% con respecto a este curso. El precio de la matrícula para un alumno de Primero este año en la Universidad granadina es de 732 euros (12,20 euros el crédito). Por su parte, el equipo de gobierno de la Universidad granadina, escudándose en este trámite, optó «por no pronunciarnos. No valorar nada». Adoptó el papel de «prudencia». Fuentes del Rectorado sostuvieron esta posición tanto para las tasas como para otros temas polémicos abordados en la Conferencia General de Política Universitaria.
En la calle y en las clases, alumnos y profesores se han movilizado. Varios centenares de universitarios de concentraron el miércoles frente a la Subdelegación del Gobierno, una protesta que cortó el tráfico en la Gran Vía de Colón y que se produjo tras un encierro llevado a cabo en la Facultad de Letras.
Al día siguiente, profesores y alumnos se encerraron en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología, como muestra la imagen tomada por González Molero. En él se llevaron a cabo diferentes talleres conjuntos y simultáneos en los que se analizaron a fondo las medidas decretadas por el ejecutivo y se debatieron posibles alternativas reales.
Un día después del encierro, la protesta salió a la calle, aunque de una manera particular. Algunas clases se desarrollaron en la plaza de la Universidad. Lara Gómez, una de las participantes en esta protesta, explicó que con esto se pretende «hacer visible» y llevar a la calle las consecuencias de los recortes del Ejecutivo que preside Mariano Rajoy. Los universitarios granadinos se oponen así frontalmente al que consideran un «desmantelamiento» del Estado de bienestar y de la educación pública en su conjunto, para lo que han elaborado además un calendario de movilizaciones que tendrá lugar en las próximas semanas. En concreto, el 10 de mayo los estudiantes volverán a salir a las calles para mostrar su repulsa al «cariz mercantil» que está tomando la política social del Gobierno.