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«Espero que los jóvenes sean más emprendedores»

– «Espero que los jóvenes sean más emprendedores»

La Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad rinde homenaje al maestro José Cazorla

La Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UGR homenajea hoy -día del patrón- al profesor José Cazorla Pérez, primer decano de este centro. Investigador y maestro de universitarios ha dedicado 45 años a la investigación, el estudio y la docencia. El maestro Cazorla ha sido una pieza decisiva en la implantación de los estudios de la ciencia política en Granada y en el resto de España.

-Muchos años de espera para poner en marcha la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, pero al final se consiguió y ahora es una gran realidad y el centro le reconoce su trabajo ¿Mereció la pena?

-Mereció la pena por varias razones. La tradición académica de Granada, en aspectos sociopolíticos, se remonta al siglo XIX y especialmente a comienzos del XX con Fernando de los Ríos, Arboleya, García Labella (catedrático fusilado en 1936), Sánchez Agesta (rector) y Murillo, todos ellos maestros de muchos profesores. Era imprescindible dar una base institucional a esa tradición, y tras once años de esfuerzos (1979-1988), y frente a intereses injustificados de otras ciudades, lo conseguimos. Los resultados están a la vista veinte años después. Granada sigue siendo la única Universidad con estos estudios de calidad en el sur de España.

-¿Qué echa de menos?

-Mientras otros centros no han conseguido conjuntar la extraordinaria armonía de saberes (políticos, sociológicos, históricos…), que aquí se imparten, esta facultad ha ido conectando con otras de la Universidad para hacerla más útil al licenciado. Y así, por ejemplo, se ha creado una titulación complementaria con Derecho, que es de extraordinaria utilidad para el ejercicio de profesiones hoy muy demandadas. Por el momento no se requieren más.

-¿Qué le hubiera gustado que se desarrollara más?

-Tal vez las prácticas de diversas materias, como estadísticas aplicadas a la sociedad, elecciones en particular y similares), podrían ampliarse si se dispusiera de los medios y el profesorado adecuado, siempre mejorables.

-Habla usted en sus discursos de maestros como Fernando de los Ríos o Murillo Ferrol y dice que ellos nos enseñaron a pensar, ¿lo hacen ahora en esa línea los profesores de la Universidad de Granada?

-La categoría del profesorado de la Universidad de Granada no es casual. Tiene detrás casi cinco siglos de historia y dedicación. Lo cual no se improvisa. En el mundo académico se sabe que el acceso a esta Universidad es mucho más difícil -por la dura competencia- que a otras, sobre todo las más recientes. A lo cual contribuye un muy adecuado ambiente en la ciudad -no tan importante en lo industrial o empresarial, por desgracia-, pero que permite trabajar, investigar y publicar rodeado de una comprensión poco frecuente. Quienes nos enseñaron a pensar lo hicieron más a gusto que en otros sitios, donde predominaban otros intereses.

-Los políticos y el mundo de la política no gozan de muy buena fama. Los licenciados de este centro y los profesores tienen un papel fundamental para ayudar a cambiar esta imagen, ¿qué se debe hacer para darle un giro a esta situación?

-El ejercicio de la política constituye una difícil profesión. Todas tienen sus tentaciones, pero ésta quizá más por falta, a veces, de comprensión de público y otras por verdaderas presiones que el ser humano soporta en esas circunstancias. Se deben sancionar tales fallos, pero también se premian los aciertos y sobre todo debe premiarse la honradez.

-¿La falta de profesionales e intereses son los culpables?

-No faltan profesionales competentes, aunque los que hay no están tan bien remunerados como los de otras actividades. Lo que hay es una vocación muy firme, que pone los intereses económicos por detrás de aquella. Lo que no se puede admitir es el supuesto de que la Universidad es una fábrica de parados. Esa fábrica es una sociedad injusta que premia a menudo a los aprovechados, no a los más valiosos.

-Hace escasos días hemos vivido una doble cita electoral ¿Qué fallos y aciertos destacaría?

-La democracia está llena de fallos, pero es la menos mala de las opciones políticas. La voluntad popular se ha inclinado por un partido, compensado por la acción equilibradora de los que no han ganado. Tiempo hay para comprobar si esa voluntad ha tenido la respuesta que merecía.

-¿Cómo valora el futuro de Granada? ¿Qué deben hacer los políticos para abandonar los lamentos?

-Si Granada y sus representantes electos no se movilizan con mayor agilidad, seguiremos perdiendo terreno. Aquí no hay un sector pudiente e influyente que se tome suficiente interés por la mejora de las condiciones en que estamos. Eso se ve desde hace más de medio siglo. Así que somos bastantes los que hemos predicado en desierto. O actuamos conjuntamente en lugar de reñir, o seguiremos peor de lo que estamos, comparativamente. Espero que la generación joven sea más emprendedora que la que la precedió. Empezando desde luego por quienes la representan.

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