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«El teatro es vitamina para el cerebro pero crea dependencia»

VIVIR
ANDRÉS MOLINARI AUTOR Y CRÍTICO TEATRAL
«El teatro es vitamina para el cerebro pero crea dependencia»
Estrena este martes en el auditorio de la Rural su obra Mi nombre es Dulcinea
B. G./GRANADA

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El profesor, ensayista y crítico teatral de IDEAL Andrés Molinari estrena pasado mañana en el Auditorio de la Caja Rural, en la carretera de Armilla, su obra titulada Mi nombre es Dulcinea. Se trata de uno de los actos con los que Granada celebra el Día Mundial del Teatro. Mañana lunes también se escenificará la pieza irónica El safari de José Moreno Arenas. Ambas obras serán regaladas a los asistentes en forma de libro. Molinari lleva casi un cuarto de siglo escribiendo crítica teatral en IDEAL.

-¿Cómo se inició en el teatro?

-Yo soy de un pueblo alpujarreño de gran afición teatral: mi madre era actriz en las comedias del Patrón, mi padre montaba el escenario y mis recuerdos de niño se llenan de ensayos, frases graciosas y representaciones veraniegas. Luego el teatro escolar, el grupo universitario, la compañía independiente, los estudios especializados, las lecturas interminables… el teatro es vitamina para el cerebro, pero crea dependencia en algunos aficionados, y yo soy uno de ellos.

-¿Además de miles de críticas publicadas en los diarios, usted es autor de bastantes libros?

-Sí. El más difundido entre no especialistas es mi Pequeño Diccionario de Teatro Andaluz, pero el que hice con más cariño hacia Granada es el titulado Escenas y escenarios junto al Darro.

-¿Cómo fue iniciarse en la dramaturgia?

-Consecuencia lógica de la crítica. Mientras analizas un montaje surgen propuestas, alternativas, ideas… luego redactas unas escenas, las ensamblas en forma de pieza y al cajón a dormir el sueño de los justos.

-Háblenos de su pieza Mi nombre es Dulcinea que se representa este martes…

-Se trata de un encargo de la Universidad para conmemorar el año Quijote. Fue montada en 2005 por el profesor Rafael Ruiz Álvarez, que dirige el Aula de Teatro de la Universidad de Granada, y en ella ha vertido su gran experiencia escenográfica y ha aplicado sus muchos conocimientos sobre las formas teatrales contemporáneas.

-¿Y las actrices?

-La obra es un monólogo para una actriz mayor más una voz, pero Rafael creyó pertinente escenificarla con dos actrices. Y la verdad es que el resultado es magnífico. Alicia Oliveira matiza hasta los más mínimos detalles y su interpretación es conmovedora y emocionante; sus gestos conciertan con la tristeza de una larga vida pero una memoria truncada. Beatriz Martínez contrapone su sereno caminar, su preciosa voz y su contenida elegancia para interpretar a la profesional sanitaria que atiende con similar esmero a los desvalidos y a las palabras cargadas de poesía. Es un espectáculo digno de verse.

Día Mundial del Teatro

-¿Cree usted en conmemoraciones como el Día Mundial del Teatro?

-Naturalmente. Gracias a los miembros de Corral del Carbón y de muchos otros desinteresados, mañana lunes podremos disfrutar de varios actos gratuitos con los que se pretende demostrar la vitalidad del teatro en nuestra ciudad.

-¿Está Granada a la altura?

-Existe una gran distancia entre la fama y la realidad cultural de Granada . Hubo años en los que nuestra ciudad era un hervidero de poetas, dramaturgos y demás artistas, pero desde hace unos lustros cierta molicie, con ribetes de mediocridad, se pasea por las calles de nuestra cultura.

-Hay quienes lo achacan a la falta de medios.

-En Granada el dinero se despilfarra en obras que no duran ni dos legislaturas; las ideas se agotan en la pringue espesa de las discusiones y los esfuerzos naufragan en la viscosa alberca de la envidia y del ninguneo. Y el teatro adolece de todas esas heridas que lo desangran una y otra vez, aunque él es Ave Fénix que renueva su savia con fuerza juvenil y olvida los desdenes seduciendo a las nuevas generaciones.

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