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GRANADA
El mapamundi de la Universidad Uno de cada seis se marcha fuera a investigar
Tres investigadores granadinos relatan sus experiencias en Japón, EE UU y la Antártida Los seiscientos científicos de la Universidad invierten once años de su vida en prepararse
TEXTO: M. V. C./M. VICTORIA COBO / GRANADA GRANADA
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Se financian con su esfuerzo
LUNES 5 de enero. Parte de Granada con destino Tierra del Fuego. Le espera un día y medio de viaje en avión hasta llegar a Ushuaia, con escalas en Madrid, y Buenos Aires. Allí embarca en el buque Las Palmas de la Armada española. El comandante granadino, Manuel Herrero, será el encargado de sortear tormentas hasta llegar a la isla Livingstone. El trayecto dura unos tres días, miles de leguas, hasta que al rebasar el cabo Drake, lleguen a la Antártida.
La protagonista de esta aventura es la doctora granadina Isabel Reche, que actualmente vive y trabaja en la Base Antártica Española Juan Carlos I. Como ella, decenas de investigadores salen cada año para trabajar durante un tiempo en otro país. Javier Almendros e Inmaculada Serrano relatarán también su experiencia.
IIusión y miedo
Isabel forma parte del personal investigador del Instituto del Agua, de la Universidad de Granada. Cuando supo que se iba a la Antártida, le pareció una oportunidad ilusionante, pero también afloraron algunos pequeños miedos. «Estaban relacionados con mi facilidad para marearme -el paso del Drake era mi pesadilla-, y con la sensación de abandonar a mi hija». Nunca había estado más de tres días separada de la pequeña, de casi dos años. Sabe de sus progresos gracias al correo electrónico, método que usa diariamente para ponerse en contacto con su marido.
Reche explica que el apoyo de la familia es fundamental para poder llevar adelante una investigación de este tipo. Este aspecto es el más duro, estar separado de ellos. Antes de la Antártida, Isabel pasó dos años y medio en Estados Unidos, entre Nueva York y Wisconsin, y destaca que esa distancia se hace difícil, aunque «te permite conocer otra cultura y eso siempre enriquece».
Vida en la nieve
Su misión ahora por las tierras blancas forma parte del proyecto llamado Interacciones Complejas en el Ecosistema Pelágico del Océano Sur: desentrañando la paradoja antártica (ICEPOS). Un estudio sobre las particularidades del océano Antártico y las claves que puede ofrecer para el proceso de calentamiento global y sus consecuencias.
Y este proyecto significa también adaptarse a las condiciones de vida en la base. Ahora mismo están en el verano austral, la única época en que se hace uso de las instalaciones. Las temperaturas oscilan entre los cinco y dos grados bajo cero, pero la sensación térmica es de menos diez, debido a la intensidad del viento. La jornada comienza para ellos a las siete y media de la mañana, para desayunar