El gran estratega en la expansión de Al Qaeda fue el talibán granadino
Setmariam, un vendedor ambulante que pasó más de dos años en la capital, usó el potencial de Internet Los expertos creen que está preso en una cárcel secreta de la CIA, sometido a interrogatorios sin tregua
MADRID. Un imagen desoladora la masacre de Madrid. / IDEAL
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EL paradero de Mustafá Setmariam Nasar sigue siendo un misterio aun después de su captura. Antes de ser detenido en Pakistán en una refriega a tiros, el presunto criminal hispano sirio era una escurridiza sombra a la que Estados Unidos había puesto precio: cinco millones de dólares. Su arresto no ha servido para sacarle de la clandestinidad. La guerra sucia de la administración Bush contra el terrorismo internacional es una apisonadora de los derechos más elementales. Setmariam sigue siendo una sombra, pero con grilletes.
La hipótesis más plausible es que ahora mismo esté encerrado en una cárcel secreta de la CIA y sometido a interrogatorios sin tregua… y a torturas. Javier Jordán, profesor de la Universidad de Granada y una autoridad nacional en el estudio del movimiento yihadista mundial, está convencido de que ése ha sido el destino de Setmariam.
Los servicios de inteligencia estadounidenses quieren exprimirle al máximo porque saben que no es un cualquiera. Al contrario. Según Jordán, Setmariam, ha sido el ideólogo de la guerra santa contra Occidente. Él proporcionó el marco teórico que inspiró a los ejércitos de la yihad, a los iluminados que murieron matando en Nueva York, Madrid o Londres. «Setmariam ha sido el gran estratega de Al Qaeda -la multinacional terrorista que dirige Bin Laden-. Él siempre ha dicho que Al Qaeda debería servir para movilizar al mundo musulmán, pero no para aniquilar a Occidente, sino para conseguir que los occidentales se olvidasen de ellos y les dejasen en paz», explica el experto de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de Granada.
Dinamita contra el infiel
Y para alejar el peligro de la contaminación, dinamita. «La estrategia la toman de Hizbolá -la poderosa organización islamista de Líbano- que en 1983 consigue que se vayan las tropas extranjeras con atentados simultáneos e indiscriminados, muy similares a los del 11 de Marzo en Madrid», destaca el profesor Jordán los parecidos.
Taller de costura
Setmariam fue también consciente de que Internet era un arma cargada de futuro y fomentó su utilización. De hecho, la red ha acabado por convertirse en un instrumento esencial para la expansión de Al Qaeda. Es el altavoz sin fronteras que amplifica las hazañas bélicas de los extremistas.
Así las cosas, el activista hispano sirio, que está casado con una madrileña convertida al Islam, ha volcado toda su doctrina en Internet, relata Jordán. Tras distanciarse de Bin Laden (al que achacaba un desmedido afán de protagonismo), dedicó el tiempo a redactar una especie de libro de instrucciones del yihadista, un documento que, al parecer, es un auténtico best-seller entre los fanáticos religiosos.
Ya entonces, Setmariam se sentía acorralado. Sabía que su suerte se agotaba. Apenas salía de su escondite. Era uno de los hombres más buscados del mundo y estaba prácticamente solo.
Atrás quedaban los años en que se instaló en Granada -a principios de la década de los 90- y vivía, aparentemente, de la venta ambulante de artesanía y complementos. Su carné profesional, expedido por la Junta de Andalucía, muestra cómo era el rostro de Setmariam por aquel entonces. Es una de las escasísimas fotografías que existen del talibán granadino.
La singular acreditación fue hallada en la riñonera de un vecino de la provincia que ha sido condenado por pertenecer a la célula española de Al Qaeda.
Setamariam residió en Granada algo más de dos años y tuvo la intención, según informaciones policiales, de montar un taller de costura en su casa, una idea que finalmente no prosperó. El supuesto terrorista pelirrojo vivió en la localidad de Alfacar.
Su función en el movimiento yihadista consistirá entonces en captar adeptos para la causa, jóvenes combatientes que recibirían su bautismo de fuego en las trincheras de Afganistán o Chechenia. Era un líder en formación.
En un salto sorprendente, de la venta ambulante pasó a dirigir una revista islamista en Londres. Su prestigio crece a pasos agigantados. Luego dejó el Reino Unido y reapareció en Afganistán al mando de un campo de entrenamiento de soldados para alimentar la guerra santa contra Occidente. Ya es un general de Al Qaeda y tiene una gran ascendiente sobre el Mulá Omar, el tuerto que, antes de huir, estaba en en la cúspide del régimen afgano de los talibanes.
Vivo o muerto
El informador hispano sirio -residente también en Granada-, Taysir Alony -condenado por su relación con la célula española de Al Qaeda y el único periodista que entrevistó a Bin Laden tras los ataques contra los Torres Gemelas- declaró en su día que Setmariam «hizo de mediador con el gobierno talibán para que le permitieran (a Alony) abrir una delegación de la televisión (…) Al Yazira». Tras la invasión de Afganistán y la estampida de los talibanes -que, por cierto, ahora están recuperando posiciones-, Setmariam se convierte en un fantasma al que los servicios de inteligencia de medio planeta buscaban vivo o muerto. Fue detenido con vida y está cautivo en una cárcel de sombras.