A nadie se le escapa el interés de los países occidentales por el idioma chino. El fondo de esta cuestión es también económica, al menos en buena medida, puesto que cuanto mejor se conozca al gigante asiático mejores resultados se pueden conseguir en este campo por parte de los países europeos. También Granada participa de este interés y lo ha canalizado especialmente a través del ámbito universitario. De hecho, el mayor fruto de la colaboración entre la Universidad de Granada y la de Pekín ha sido la creación del Instituto Confucio, una entidad cuyo principal objetivo es el de promocionar el estudio de la lengua china y desarrollar todas las actividades que sirvan para este fin.
La puesta en marcha del citado instituto culmina una larga trayectoria de la UGR en relación con los estudios sobre China, que puso en marcha allá por 1987. Mediante la misma ha multiplicado su oferta de cursos en materias relacionadas con la historia, la literatura o el pensamiento del país asiático. El instituto tiene su sede en el Centro de Lenguas Modernas y su biblioteca contiene una colección de libros donados por el Hanban, así como numerosas adquisiciones que se incorporan constantemente.
500 alumnos
El Instituto Confucio ha canalizo la oferta general de la lengua y la cultura china, pero la Universidad de Granada también oferta desde hace décadas el chino en sus clases oficiales. En el curso 2008-2009, por ejemplo, estudiaban chino unos quinientos alumnos en las asignaturas troncales, optativas y de libre configuración. El mayor número de estudiantes se concentra en la Facultad de Traducción e Interpretación, aunque poco a poco los estudiantes de otras facultades y escuelas eligen este idioma como libre configuración. El mercado laboral llama la atención de algunos universitarios, si bien, el número si se compara con el global de la UGR aún es pequeño. La vicerrectora de Relaciones Internacionales, Dorothy Kelly, señaló en la presentación del Instituto Confucio que el saber chino «ofrece mayores posibilidades a los universitarios a la hora de insertarse en el mercado laboral».
Si los datos aluden al número de alumnos con nacionalidad china que estudian en la UGR, las cifras son mucho menores. En las estadísticas oficiales de la institución se puede leer que en el citado curso 2008-2009 fueron tan sólo nueve los que eligieron esta lengua, tres varones y seis mujeres. Una curiosidad al respecto: en el curso 1996-1997, esta misma estadística era de sólo dos alumnos, las dos mujeres. Estos números están muy lejos de los 942 marroquíes que en el curso 2008-2009, eligieron la UGR para hacer estudios oficiales.
En relación a los acuerdos de colaboración en investigación y movilidad de estudiantes, la UGR tiene algunos convenios. Así, por ejemplo, en 2002 firmó un convenio con la Academia China de Ciencias Sociales para la cooperación en investigación y docencia en el campo de ciencias sociales y las humanidades.