El Alcázar Genil se convierte en el nuevo «hogar» de Francisco Ayala en Granada.
El palacete guarda libros, documentos y fotografías cedidas por el autor La Fundación Ayala pone en marcha una página web sobre el escritor y mantiene una intensa actividad divulgativa, cultural y editorial.
El Alcázar Genil se convirtió ayer en sede de la Fundación Francisco Ayala con el mandato de guardar y difundir la obra del escritor granadino. Con la inauguración del palacete nazarí como «hogar de Ayala en Granada», en palabras de la consejera de Cultura, Rosa Torres, culminan los actos del centenario del literato y filósofo. Ayala se mostró «inmensamente agradecido» por estar presente en este acto que simboliza su regreso a la ciudad que le vio nacer. «He recorrido el mundo, pero al cabo vuelvo a Granada, ahora que estoy frente al muro de la vida», dijo el protagonista del acto y presidente de honor de la fundación, que el viernes cumplió 101 años.
Entre los fondos que alberga el Alcázar Genil hay obras de Ayala, volúmenes sobre su vida y su trabajo, libros de su colección privada y títulos de literatura y ensayo del siglo XX que permiten contextualizar su trayectoria, así como artículos periodísticos, documentos personales, fotografías y material audiovisual. Muchos de estos objetos han sido cedidos por el propio escritor y proceden de su domicilio en Madrid. Aunque el objetivo principal de estos fondos son los estudiosos e investigadores, la fundación también pretende ampliar el círculo de sus lectores con su página web, la organización de numerosas actividades didácticas y culturales y la reedición de sus obras.
En la ceremonia, que se celebró a mediodía en los jardines del palacete, participaron, además del propio Ayala y su mujer, representantes de las instituciones que forman parte del Patronato de la Fundación, presentados por su secretario, Rafael Juárez.
Carolyn Richmond dio las gracias, en nombre de su marido, a todas las personas que han contribuido a hacer realidad esta «nueva fase» de la fundación, que se constituyó en 1998 con sedes en Sevilla y Granada, y en particular al poeta Luis García Montero, comisario del centenario y «buen amigo», y al pintor Juan Vida, que ha colaborado en muchos «aspectos gráficos» de los distintos actos de homenaje. La hispanista señaló que, aunque en teoría ahora «se cierra el centenario», que comenzó en 2006, «aún quedan muchas cosas por hacer».
La esposa del escritor aludió a la página web de la fundación, «una maravilla» que ofrece «muchísima información» sobre «tantas y tan buenas actividades» de la entidad. «El legado material de Francisco Ayala viene llegando poco a poco y, para las generaciones futuras, éste será un sitio de mucha importancia», añadió. «La vida tiene muchos círculos y para Francisco Ayala, ésta es una vuelta circular a su Granada», concluyó Richmond.
Jardín de las delicias
Rosa Torres confió en que el Alcázar Genil sea «un hogar con jardín que hará las delicias de don Francisco siempre que pueda estar con nosotros». Para la consejera, el autor sigue dando «lecciones de juventud, lucidez y disciplina» y, en ese sentido, recordó que, pese al intenso programa de actividades con motivo del centenario de su nacimiento, el escritor «nunca ha dicho yo ya no puedo más» y está dispuesto a continuar con su agenda pública «con un poquito menos de ritmo». Por último, esperó que la sede de la fundación se convierta en «la casa del pensamiento de Francisco Ayala, pero también en la casa de todos los granadinos y de todas las personas de bien que busquen en el pensamiento la forma de ser más libres, sabios y felices, como él nos ha hecho ser a nosotros».
El alcalde, José Torres Hurtado, destacó que con la inauguración del palacete como sede de la fundación «se cumple un sueño» del que los granadinos deben sentirse orgullosos y que no hubiera sido posible sin la «generosidad» del propio Ayala y el trabajo de investigadores e intelectuales.
La vicerrectora de Extensión Cultural de la Universidad de Granada, María José Osorio, afirmó que Ayala es «el prototipo perfecto del intelectual comprometido con los mejores valores de la humanidad», por lo que se mostró satisfecha de que forme parte del claustro honorario de la institución académica. Osorio expresó también su esperanza de que la fundación sea en «un faro del pensamiento crítico y un aguijón del pensamiento único».
También manifestaron su admiración por el escritor y su alegría por la apertura de su casa el presidente de la Diputación, Antonio Martínez Caler, y los representantes de la Universidad de Sevilla y la Internacional de Andalucía.
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