GRANADA
Dos de cada tres jóvenes lamentan que en la ciudad vivan «demasiados» extranjeros
Un estudio de la UGR revela un incremento de este sentimiento un tanto racista En Beiro, Camino de Ronda y Zaidín consideran la inmigración un gran problema
ANDREA G. PARRA/GRANADA
Dos de cada tres jóvenes lamentan que en la ciudad vivan «demasiados» extranjeros
ZONA NORTE. Ya se dejan notar «las bandas de jóvenes de América Latina». /IDEAL
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En alza. Así es como está el sentimiento de los jóvenes granadinos con respecto al rechazo o la consideración de la inmigración como un «problema» que les afecta directamente en sus barrios. Dos de cada tres jóvenes (el 63,1%) considera que en su entorno inmediato viven «demasiadas personas de otra nacionalidad» (concretamente, marroquíes y senegaleses), cifras que demuestran una clara tendencia alcista respecto al año 1996, cuando se realizó un trabajo de campo similar al que acaba de hacer público el Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada (UGR). Para extraer estas conclusiones ha realizado un estudio entre 400 personas de entre 14 y 25 años.
Los datos obtenidos son bastante reveladores. Así las cosas, los jóvenes de los distritos de Beiro (el 66,7%), Ronda (64,3%) y Zaidín (62,9%) consideran que la inmigración es uno de los problemas más importantes para los vecinos. Francisco Jiménez Bautista, profesor responsable del estudio, destaca que los granadinos «sin ser racistas, sí que poseen actitudes y comportamientos que denotan xenofobia».
Si bien, esos sentimientos o comportamientos tienen una lectura diferente en cada barrio; por eso en la Chana sólo el 24,1% de los jóvenes cree que sea un inconveniente, en la zona Centro el 24,1% y Norte 39,6%. Se puede decir así, según los investigadores de la UGR, que el problema de la inmigración se acentúa desde el centro hacia el este de la ciudad y amortigua desde el centro hacia el noroeste.
Más discriminación
No obstante, no todos los inmigrantes son vistos con los mismos ojos por los vecinos de menos edad de la ciudad de la Alhambra. El trabajo realizado en la UGR descubre que para el 82,2% de los jóvenes, en Granada hay «demasiados» o «muchos» inmigrantes procedentes del Norte de África, algo que, sorprendentemente, no opinan de los sudamericanos (sólo el 24,1% cree que hay «demasiados» o «muchos»).
Curiosamente ante estos datos, el 87% de los encuestados desaprueba totalmente los movimientos a favor del racismo surgidos en países como Francia, Austria o Alemania a través del auge de partidos ultraderechistas.
Sobre el perfil del inmigrante a juicio de los jóvenes granadinos, preguntados sobre qué nacionalidad, raza y religión piensa cuando oye hablar de personas inmigrantes, el 83,3% de los encuestados habla de norteafricanos (frente al 68,7% que lo hacía en 1996), y destaca el hecho de que los jóvenes piensen ahora en la raza árabe (el 17,8%), sólo superada por la negra (63,9%) cuando es requerido en este sentido. «En cuanto a la religión -explica Jiménez Bautista- el 67,8% de los jóvenes refiere la musulmana cuando es preguntado, si bien destaca el ascenso de la judía, que ha pasado del 0,3% al 9,4% en sólo unos años».
Ante esta situación, el profesor Francisco Jiménez Bautista afirma que «es necesario evitar los cada vez más frecuentes brotes xenófobos surgidos en nuestra ciudad», y señala que la zona norte de la capital «es el gueto de Granada donde hay una mayor preocupación para los inmigrantes, con la unión de los barrios de Cartuja y Almanjáyar». Además, destaca que la zona centro de la ciudad ha sido vaciada por la población autóctona, y que en la ciudad existen más de 20.000 viviendas vacías «que son proclives para ser usadas por la población inmigrante». Para el autor del estudio, «en el barrio de La Chana, periférico y próximo al distrito norte, ya se dejan notar las bandas de jóvenes de América Latina».
Jiménez Bautista concluye apuntando que los jóvenes granadinos «no tienen interés por el conocimiento de otras culturas y razas», algo que queda patente en los resultados del estudio. «Si la presencia de estos grupos de inmigrantes en Granada y la de clases sociales desfavorecidas fuera mayor, la tendencia sería la de una actitud y un comportamiento discriminatorio».