Su imagen es ya familiar para muchos habitantes de la capital y los pueblos del cinturón Metropolitano. Un ave de gran belleza, de color blanco con el pico, alas y cola negra, y ribetes azulados y verdosos, un pico grueso y potente. Son urracas (Pica pica), unos pájaros de tamaño medio (alrededor de 45 centímetros) que suelen volar en pequeños grupos y sobre todo en parejas. Una especie que ha crecido de forma considerable en algunas zonas del sur de España debido al aumento de alimento y a una menor presión de depredadores, entre ellos los cazadores que, tradicionalmente, les ‘tiran a matar’.
A casi todo el mundo le agrada ver los movimientos y el vuelo de las urracas entre matorrales y jardines, incluso en las carreteras. Según datos del Departamento de Biología Animal y Etología de la Universidad de Granada, siempre se ha tratado de un ave abundante. Algunos censos indicaban hace unos años la presencia de entre 3 y 30 nidos de urracas por kilómetro cuadrado en zonas con poca profusión de bosques, que son las que prefieren, como la Hoya de Guadix. La cifra en los alrededores de la capital era mucho más baja, entre uno y cinco nidos por kilómetro cuadrado, pero en la actualidad, la densidad puede considerares que se ha multiplicado por cinco. La mayor presencia de urracas en las proximidades de todos los núcleos urbanos es evidente.
‘Cotorra’
Es una especie que se puede considerar parlanchina, de ahí el nombre vulgar de urraca, y también se le llama cotorra azul, dos denominaciones que se asimilan con personas que hablan sin cesar. Estas aves tienen la característica de poder imitar los sonidos que les rodean y ser muy insistentes a la hora de comunicarse unas con otras, lo que se asemeja a una apasionada conversación.
Viven en parejas y para ellas no existe la infidelidad. Esa estructura ‘familiar’ se mantiene de tal forma que si uno de ellos muere, el otro no volverá a emparejarse.
En los últimos años, la urracas han colonizado espacios completamente atípicos para un ave, como las autovías y carreteras. Pero la razón es simple: comerse los restos de insectos que dejan los coches a su paso. Se arriesgan a ser atropelladas con tal de conseguir una alimentación de forma fácil. Además de insectos que se han estrellado contra los vehículos, las urracas buscan también pequeños animales atropellados , como roedores, otros pájaros, lagartijas, serpientes, e incluso trozos de carne en descomposición, ya que las urracas son de la familia de los Córvidos, por lo que igual que los cuervos, grajillas y cornejas, también son aves carroñeras. Vuelan entre un lado y otro de las calzadas y se les puede ver picoteando en los arcenes.
Ataques a otras aves
En los jardines, las urracas buscan fundamentalmente insectos. El zoólogo de la UGR, Juan Gabriel Martínez, en un trabajo realizado para la Enciclopedia de Vertebrados Ibéricos, afirma que la dieta de las urracas es de insectos fundamentalmente y de restos de animales muertos cuando pueden encontrarlos, lo que rompe con la idea tradicional, expandida sobre todo por cazadores, de que se alimenta de pollos de otras especies, entre ellas las perdices, lo que merma las poblaciones de ese ave cinegética. También dicen que se come ejemplares jóvenes de pájaros cantores, como jilgueros, canarios y verderones, además de otros paseriformes e insectívoros como gorriones, currucas y aves pequeñas. Según Juan Gabriel Martínez, en estudios realizados en parques, de todos los ataques que las urracas hicieron sobre otras aves, solo el 4,9% tuvieron éxito, por lo que se puede considerar que este tipo de alimento es solo una parte mínima de su dieta. No rechazan ningún tipo de alimento, incluidos los restos de comida humana, que busca sin pudor, aunque siempre mantiene una distancia de seguridad. La urraca está presente en una gran cantidad de tradiciones e historias populares, algunas de ellas ciertas, como que es una de las pocas especies animales que esconde comida bajo tierra y la recupera cuando la necesita. También le gusta apoderarse de cosas brillantes, incluso joyas, que lleva a sus nidos, por lo que tienen fama de ladronas.
Para el hombre las urracas producen un importante beneficio, la eliminación de centenares de miles de insectos, por lo que se convierten en controladoras de posibles plagas, y además retiran de jardines, caminos, riberas y cultivos, restos de animales muertos.
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