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Concepción Argente del Castillo, filóloga: «Lorca no es patrimonio ni siquiera de los granadinos»
La profesora de Literatura ingresó en la Academia de Buenas Letras con una conferencia sobre el Alberti surrealista
JUAN LUIS TAPIA/GRANADA
Concepción Argente del Castillo, filóloga: «Lorca no es patrimonio ni siquiera de los granadinos»
Argente del Castillo lee su discurso de ingreso. / DIEGO MARTÍN
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BIOGRAFÍA
BIOGRAFÍA
F Concepción Argente del Castillo: Profesora titular de la Universidad de Granada, ciudad en la que ha vivido y estudiado desde su infancia. Obtuvo la Licenciatura con Premio Extraordinario en 1969. Ha publicado los estudios La Guerra Civil española en la poesía y La poesía de Rafael Alberti (1940-1972). Ha impartido cursos y conferencias en otras universidades. Como crítica de literatura sus trabajos han discurrido en el campo de la poesía y del teatro, centrándose en el s. XX y el Siglo de Oro.
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La filóloga y profesora de Literatura de la Universidad de Granada Concepción Argente del Castillo ingresó ayer en la Academia de Buenas Letras con un discurso sobre el surrealismo en la obra de Rafael Alberti. Pretende aportar a la institución granadina su experiencia como especialista en la poesía de aquellas vanguardias del 27 y sus últimos estudios sobre el Siglo de Oro.
-¿Qué aporta su discurso al Alberti surrealista?
-He aprovechado mis trabajos sobre Alberti realizados para la pasada celebración del centenario del poeta. Cada vez que Alberti usa una poesía de corte surrealista lo hace para denunciar los males del mundo. A diferencia de esa poesía de coplillas, en los versos surrealistas de Rafael Alberti aparece una línea más comprometida con el hombre y la humanidad. Alberti hace uso de su línea neopopularista para hablar de un mundo feliz, pero acude al surrealismo para denunciar el desorden y el caos de la humanidad.
-¿Qué diferencias existen entre el surrealismo de Alberti y el de García Lorca?
-El fenómeno del surrealismo español aparece como una incorporación a la línea europea. Existió un surrealismo español como respuesta del inconformismo a la falta de adaptación de la burguesía española a los nuevos tiempos. Alberti se adelanta un poco a Lorca, porque había que conceptualizar problemas personales con la lucha de clases. En Lorca, el surrealismo es una faceta más interna y profunda. Es cierto que tanto Lorca, en Poeta en Nueva York, como el gaditano, en Sobre los ángeles, cuando se deciden por el surrealismo padecen una crisis personal. Ambos poetas ofrecieron una respuesta muy parecida a los miembros de su generación que los consideraban popularistas, pero cada uno de ellos tiene su voz.
-¿Cómo llegó el poeta gaditano al surrealismo?
-Alberti decía que en su poemario Sobre los ángeles no se había inventado nada y que todo lo que aparecía se correspondía con sus experiencias vitales, pero esas vivencias las convertía al surrealismo. En todo poeta se encuentra la base de la experiencia vital que es comunicada a los lectores.
-¿Qué puede aportar a la Academia de Buenas Letras?
-Estoy en la comisión de poesía de la Academia y creo que puedo aportar mi visión crítica y mi experiencia profesional en ese departamento.
-¿Qué opina al ingresar en la Academia sobre los grupos, capillitas, luchas y demás guerras literarias granadinas?
-Siempre he ido por libre y no he pertenecido a círculos y a grupos literarios. Las luchas pertenecen a la misma historia de la literatura y es frecuente que se produzcan roces y diferencias. No hay que darle mayor importancia porque son propias del ámbito literario y el texto en última instancia es el que permanece. Hay que ser humildes y minimizar esas cosas, que en el espacio local son tan frecuentes. Lo que me parece absurdo son esas personas que se consideran los únicos amigos de un escritor que ya ha fallecido, cuando una obra literaria está viva en cuanto genera la necesidad de su lectura y la amistad sólo afecta a los sentimientos y lo que permanece es la obra. Lorca no es patrimonio ni siquiera de los granadinos, sino un patrimonio cultural y no se puede estar pegando tirones hacia un lado u otro de la obra lorquiana.
-¿Qué opinión le merece el Premio García Lorca?
-Los premios literarios tienen la miseria de la política cultural, pero tienen la grandeza de descubrirnos a autores. El García Lorca sigue esa línea de lo que le interesa al premio para su promoción, pero por encima de todo eso está la obra bien hecha por un autor determinado.