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Con la libertad de los hijos de Dios (En respuesta a Juan Antonio Aguilera Mochón)

– Con la libertad de los hijos de Dios (En respuesta a Juan Antonio Aguilera Mochón).

Sr. Director de IDEAL: Le envío la siguiente carta, en respuesta al artículo publicado por el profesor Juan Antonio Aguilera Mochón el pasado sábado.

Sr. Aguilera: Una vez más nos deleita con uno de sus artículos de opinión o, mejor dicho con una de sus críticas destructivas a todo aquello que tenga que ver con la Iglesia Católica.

En esta ocasión le ha tocado a la pobre Madre de Dios y a las monjitas.

A Nuestra Buena Madre le echa Vd. la culpa nada más y nada menos de haber hecho un «daño formidable a millones de personas sobre todo a las mujeres», de haber servido para «violar su autonomía y su percepción de la realidad», para enemistarlas «con su propio e impuro cuerpo Para hacerlas menos felices o más desgraciadas».

Le recomiendo que se pase Vd. por cualquier templo que tenga por titular a la Madre de Dios y Madre nuestra en cualquiera de sus múltiples advocaciones (Angustias, Perpetuo Socorro, Gracia, Inmaculada, Auxiliadora) y pregunte a cualquier mujer que vea por allí: verá lo dolida que se siente, lo reprimida que está los desgraciada e infeliz que vive por culpa de la Virgen. Aunque claro, olvidaba que seguramente la interrogada será una pobre víctima del adoctrinamiento infantil católico. En serio Sr. Aguilera, si Vd. hace lo que le digo, verá lo que es querer a la Madre de Dios.

También asegura Vd. que «no se sabe nada relevante de María pero sí sabemos que no era virgen y que no hizo milagros». ¿En qué quedamos Sr. Aguilera? ¿Se sabe algo o no? Yo creo que saber si fue o no virgen, si hizo o no milagros sí que es saber algo relevante, no se Vd.

Pero es que el mensaje de Cristo es más grande que todo mensaje humano, como dice S. Pablo a los Corintios, lo más tonto de Dios supera toda sabiduría humana.

No llevemos la fe al territorio racional, empírico, lógico: vamos a fracasar en nuestro intento de comprender racionalmente a Dios. Lo bonito de la fe es que es un salto al vacío que uno se atreve a dar libre y responsablemente. Si comprendiéramos con la cabeza las cosas de Dios, si tuviéramos la certeza científica y racional de que Dios existe, no tendríamos la libertad para decidir si dar o no ese salto al vacío y ya no habría tal vacío, estaría relleno de ciencia y sabiduría humana y no de experiencias y palabras de Dios.

Yo, libre y responsablemente, opto por dar ese salto, opto por confiar en Dios y caminar sobre las aguas con la confianza que da saber que si pierdes el equilibrio y comienzas a hundirte, basta pedirle ayuda a Él y te estrechará la mano y te sacará del agua evitando que te ahogues.

Vd. opte libre y responsablemente por lo que quiera Sr. Aguilera, pero por favor, déjenos en paz a los que hemos decidido lo contrario que Vd. por mucho que le sorprenda. Deje Vd. en paz a las mujeres que libre y responsablemente han decidido entregarse generosamente y por completo a Dios, a su reino y a su misión aquí en la tierra y respételas porque es repugnante lo que dice de que «cuando se descubre su sexo, demasiado a menudo es para violarlo, a veces por hombres que también han hecho juramento de castidad»; deje en paz a los hombres que igualmente libres y responsables deciden, llevándole la contraria a la sociedad, darle un sí generoso a Dios haciéndose servidores de Dios y de los hombres; y déjenos Vd. en paz a 93 jóvenes y a mí, que en el día de Pentecostés (27 de Mayo) recibimos al Espíritu Santo a través del Sacramento de la Confirmación y que decidimos así, libre y responsablemente, ser Iglesia y testimonio vivo de Jesucristo y del Evangelio.

Si Vd. ha elegido ya su opción vívala, viva su vida tranquilo y feliz y déjenos a los demás vivir la nuestra en paz. Y por último me permito la licencia de darle un consejo: no se obsesione con nosotros, no lo haga, no le merece la pena: estamos locos, pero eso sí, libre y responsablemente locos.
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