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Colón pincha en hueso
El enigma no se despeja; de momento los estudios se limitan a no descartar que las reliquias enterradas en la Catedral de Sevilla sean las auténticas
LALY RAMOS //FOTOS: EFE / MADRID
EN MADRID. Marcial Castro (i) y el forense Jose Antonio Lorente (d), en la presentación ayer de los resultados de sus investigaciones.
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ESTE quinto y póstumo viaje de Colón por el nuevo mundo del ADN está tropezando con más inconvenientes de los inicialmente previstos por los investigadores del proyecto, que pretende despejar la bruma de sus orígenes a través del análisis genético de sus huesos. De momento, los estudios se limitan a no descartar que los restos de la Catedral de Sevilla sean los auténticos frente a los enterrados en la República Dominicana, donde hay otro mausoleo de Colón.
De momento, el profesor de la Universidad de Granada y director del estudio genético de los restos de Cristóbal Colón y sus familiares, José Antonio Lorente, desveló ayer que los resultados de la investigación apuntan a que los huesos exhumados de la Catedral pudieran ser los del descubridor. Si bien, subrayó que queda mucho por aclarar sobre este enigma, y que su equipo no pretende demostrar ninguna hipótesis sino encontrar la verdad. Al día de hoy sólo se puede afirmar que no hay elementos que contradigan que se trata de sus restos.
Lorente hizo el anunció ayer en la presentación del documental de Discovery Channel el Enigma Colón, donde se reproducen los más probables orígenes del Almirante de Castilla, y se da a conocer el proceso y el momento en que se encuentra el estudio de sus restos, y los de su hermano Diego y su hijo Hernando. Un documento que se estrenará a nivel mundial el día de la Hispanidad, y al que pone voz el actor Imanol Arias.
Huesos muy degradados
El primer problema con que se topó el equipo de investigación granadino fue el propio estado de las reliquias. «Jamás habíamos encontrado unos huesos tan degradados ni en tan poca cantidad». Los restos de la Catedral de Sevilla son tan sólo fragmentos de 150 gramos, los de su hijo Hernando estaban llenos de humedad, y los de Diego, enterrados en La Cartuja-Pickmann, inundados por completo. Para su análisis se ha recurrido a las más modernas técnicas sobre ADN puestas en marcha en EE UU tras el 11-S.
No obstante, el forense antropólogo de la Universidad granadina, Miguel Botella, explicó que su estudio «nos ha dicho» que se trata de un varón de unos 60 años, sin marcas de patología, ni fracturas, artrosis o osteoporosis. Un sujeto tipo mediterráneo, robusto y de talla media. Un dato interesante que Botella descubrió en su análisis es una marca de descarnamiento en uno de los fragmentos. Una prueba de que al fallecido se le sometió a esta práctica mortuoria de desmembramiento de la carne, quizá para su mejor traslado a la República Dominicana. Se sabe que sólo se sometía a este proceso a personas prominentes, y él lo era cuando murió.
Los huesos de su hermano Diego, sin embargo, explican que tuvo que sufrir mucho por problemas de salud. El ADN de su hijo Hernando está en mejores condiciones y podría, más adelante, dar o descartar algunas pistas sobre el origen de Cristóbal Colón, como la posibilidad de que procediera de Mallorca, como algunos sostienen. Además, el cromosoma Y se transmite idéntico entre los varones, lo que podría descifrar si Colón fue hijo del Príncipe de Viana.
Negociaciones
Queda por analizar la cuarta e imprescindible pieza del puzzle, los restos que reposan en la República Dominicana, para lo que se llevan a cabo negociaciones con sus responsables. El equipo de investigación espera seguir avanzando para tener datos más seguros en mayo de 2006 cuando se celebre el V centenario de su muerte.
En el documental se apunta, también, a los tres orígenes más probables de Cristóbal Colón, que nunca desveló en vida, ni siquiera a su hijo. Es posible que proviniera de Génova, como muchos apuntan. Pero el profesor de estudios medievales, Charles Merrill, excluye esta teoría, basándose en largos años de investigación que le hacen suponer que el humilde hilandero del lugar, que empezó a navegar tarde, a la edad de 20 años, no era el Cristóbal Colón descubridor de las Américas.
Aunque parece que en algún momento dejó escrito datos como «de Génova salí y en ella nací» o «Mi corazón está allá», no se cree que estos documentos sean auténticos. Por otra parte, se sabe que nunca escribió en italiano.
Un estudio realizado por el doctor Izaguirre, especialista en Ingeniería Lingüística, indica que se trataba de una persona culta, cuando en la época sólo recibían educación las clases altas, y que su escritura desvela signos relacionados con la lengua de la zona central de Cataluña.
Merrill se decanta más sobre este origen, pero está lejos de saber su exacta procedencia. Podría haber sido hijo de la destacada familia Colom de navegantes catalanes, una vía que se ajusta al perfil del descubridor, un corsario catalán que se vio obligado a esconder su pasado por protagonizar una pelea con el padre del rey Fernando de Aragón, Juan II, o un judío que ocultó su origen para no ser sometido a la Inquisición. En Cataluña, no obstante, no existe ningún registro con el nombre de Cristóbal Colón, lo que podría indicar -si es que su origen catalán fuera el verdadero-, que fuese un hijo ilegítimo, de los que nunca figuraban en ningún documento.
Las investigaciones proseguirán para tratar de desvelar su secreto y si sus restos reposan en Sevilla o en La Hispaniola (República Dominicana) como fue su voluntad.
De momento, los dominicanos -a la expectativa y por si acaso- aún no han dado el «plácet» para exhumar el contenido de su monumento funerario dedicado al descubridor, pese a que cabe la posibilidad histórica de que las dos tumbas sean auténticas pues la sevillana contiene tan sólo 150 gramos de trocillos óseos.
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