GRANADA
«Casi no llegamos a final de mes»
Un joven matrimonio granadino, con dos hijos, relata las dificultades económicas a las que se enfrenta a diario
M. ALLENDE //FOTOS: RAMÓN L. PÉREZ / GRANADA
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Pablo y Ana es un joven matrimonio granadino cuya mayor alegría son sus dos preciosos hijos, el segundo de los cuales vino al mundo hace tan sólo una semana. Los dos trabajan -él es profesor en la Universidad de Granada y ella del instituto de Priego de Córdoba-, tienen por tanto dos sueldos, pero su particular situación económica no cabe calificarla de boyante. Muy por el contrario, cubre los gastos fijos de cada mes y poco más. Máxime cuando desde poco tiempo atrás se embarcaron en la compra de una vivienda, en Armilla, para lo cual suscribieron el correspondiente crédito hipotecario que pagan religiosamente cada mes.
«La vivienda nos costó 43,5 millones de pesetas y eso que la compramos fuera de la capital», señala Pablo. Con los ahorros que habían acumulado durante años, esta joven pareja pudo dar una entrada de 10 millones y cubrir el resto con un préstamo que han tenido que suscribir a 30 años para poder abonarlo. Aún así, la cuota mensual de este crédito supone a esta familia nada menos que 1.000 euros al mes, tras las última revisión del euribor.
«Nos preocupa mucho que siga subiendo (el mencionado indicador) porque con el crédito tan elevado que tenemos cada una de las revisiones nos puede suponer 200 euros al mes y eso es mucho dinero para una familia como la nuestra, con recursos muy limitados aunque tengamos dos sueldos que no son malos», precisa al respecto Ana. Su marido añade en este punto que por muchos gastos que se quieran suprimir para compensar subidas de ese calibre, resultan claramente insuficientes. «Nosotros apenas salimos, tenemos dos niños muy pequeños que nos absorben todo el tiempo que no dedicamos al trabajo, por lo que es realmente complicado recortar gastos», explica por su parte Pablo.
Alquiler elevado
Pablo y Ana viven en un piso alquilado en el barrio de Los Pajaritos, pues la casa que han adquirido no la tienen disponible aún a falta de unos pequeños arreglos. Pagan 700 euros de renta al mes, por una vivienda pequeña, de dos dormitorios. «La verdad es que nos resulta agobiante y por ello hemos buscado algo con más desahogo, aunque nos haya resultado más cara de lo que en principio habíamos pensado», explica Ana.
Al alquiler tiene que sumar esta familia los gastos corrientes y todos los que habitualmente ha de hacer frente cualquier otra -seguro de automóvil, reparaciones y otros-, por lo que «al final casi no llegamos a final de mes, por increíble que parezca; de todas formas no nos podemos quejar tal y como está la situación para otras parejas», afirman con cierta resignación.
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