GRANADA
Boticarios entre indígenas
Dos granadinos se marchan a Nicaragua para instalar una farmacia de plantas medicinales La Ong Farmamundi implantará en Centroamérica los avances en Botánica de la UGR
ÁNGELES PEÑALVER //FOTOS: JUAN ORTIZ / GRANADA
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F Farmamundi en Andalucía: Calle San Jerónimo número 16, 3 planta, Granada. T 958 207 074.
F Más información: www.farmamundi.org
Maestros de la sensibilidad y la denuncia
MIRIAM López (24 años) y Juan Luis Jiménez (31 años) están preparando una maleta de dos meses para marcharse a Nicaragua en breve, y la están colmando de libros de botánica y de pócimas elaboradas en la Facultad de Farmacia de Granada. Sin más. Los dos jóvenes granadinos deben montar en el país centroamericano una farmacia de plantas medicinales, además de instalar un sistema de saneamiento de agua en varias comunidades de la selva. Miriam y Juan Luis son los primeros expedicionarios de la Ong Farmamundi, que se instaló en Granada hace un año.
Miriam no siente ningún miedo, aunque su familia está dividida: temen por este alma comprometida. Los parientes de Juan Luis callan y respetan, ya es la segunda vez que se marcha a Nicaragua en un año. La primera vez que volvió de América, Juan Luis traía un listado de todas las plantas medicinales que empleaban los habitantes de San Ramón, un pueblo en la zona de Matagalpa, al norte del país. «Ellos usan el gengibre para los parásitos intestinales y la manzanilla, igual que nosotros.
Pero otras plantas que emplean son muy tóxicas, según sabemos aquí, y eso es lo que les vamos a explicar. La ruda, por ejemplo, les sirve para las varices y hemorroides, pero es muy abortiva», explica Juan Luis, quien en su primera visita enfermó de dengue. «La pobreza y las enfermedades se perciben por doquier», concluye.
Cosa de chamanes
En Nicaragua se han usado las plantas medicinales desde hace siglos de una manera empírica. Ahora Miriam y Juan Luis compartirán con los indígenas los avances científicos en medicina botánica que ha desarrollado la Universidad de Granada. Tal es la relevancia de este tipo de cultivos, que en los años 90 la Universidad Popular de Nicaragua introdujo la medicina natural como una carrera profesional. La Facultad de Medicina General Naturo-ortopática surgió como una necesidad del pueblo ante la carencia de los servicios médicos convencionales. Y ahora estos dos granadinos ayudarán a que esos tratamientos funcionen aún mejor.
A pesar de la presencia española, el mango se seguirá aplicando en Nicaragua en forma de cataplasma en golpes y en té para la tos. La salvia será la solución a menstruaciones irregulares, problemas hepáticos y renales. El diente de león lo usarán los afectados por trastornos circulatorios, renales y alteraciones de la presión sanguínea.
Pero los granadinos explicarán a los nicaragüenses la mejor manera de fabricar los preparados y pócimas que hasta ahora han sido un trabajo exclusivo de chamanes y curanderos. «A los líderes espirituales también les comunicamos el peligro de algunas plantas y cómo sacar mejor provecho de otras. En general son muy amables con los cooperantes, pero bien es cierto que algunos son muy cerrados», narra Juan Luis.
Estos mensajeros de la salud también enseñarán a los indígenas a prevenir enfermedades, a manejar medicamentos, y a llevar a cabo estas prácticas a lo largo del tiempo. Cuando los voluntarios vuelvan a Granada el proyecto debe ser sostenible por sí mismo en Nicaragua. Esta iniciativa se financiará con un curso de salidas profesionales que Farmamundi organiza en la Facultad de Medicina de Farmacia del 18 al 29 de octubre.
Medicinas que no curan
Queda claro, lo de mandar a África una cajita de aspirinas o de paracetamol caducado para curar nuestra conciencia es agua pasada.Y es que las actuaciones de las Ongs en este campo han cambiado radicalmente en los últimos años, tal y como dictó la Organización Mundial de la Salud. Saber donar y Medicamentos que no curan son campañas de Farmamundi con las que pretenden concienciar a los españoles de que la donación indiscriminada de medicamentos es inútil.
«Cuando las medicinas de sobra llegan al Tercer Mundo no sirven para nada. Allí las enfermedades son distintas, y aunque aquí nos sirva un producto para determinada dolencia, en el hemisferio Sur puede ser innecesaria. Hay que evitar que lleguen medicamentos sin programación alguna. Hoy día, las grandes Ongs adquirimos medicinas específicas a bajo precio y se las entregamos a las poblaciones que lo necesitan. Si en un país hay una infección se fabrica su cura», señala Ruth Ubago Pérez, delegada de Granada.
En España una caja de veinte comprimidos de aspirina cuesta unos tres euros, Farmamundi con tres euros logra producir unos mil comprimidos para el Tercer Mundo. Esto es posible gracias a laboratorios -en España no hay ninguno de ellos, sí en Bélgica o Polonia- que elaboran medicamentos a muy bajo precio sólo para la ocasión.
¿Cuál es la mejor opción para los medicamentos que ya no nos hacen falta o que han caducado? Llevarlos a las farmacias donde existe un contenedor de reciclaje que evita la contaminación.
Más objetivos
Los miembros de Farmamundi en Granada también se afanan en preparar kits de emergencia para las catástrofes que sucedan en cualquier lugar del mundo. Recientemente otras delegaciones de España enviaron a Haití estos paquetes -medicinas, mantas, plantas potabilizadoras de agua…- que se guardan en palés en distintos almacenes para que su distribución y llegada al país dañado sea cuestión de horas. Los voluntarios de Granada pretenden que las instituciones andaluzas aflojen los bolsillos para poder preparar sus propios paquetes y que estos sean enviados desde nuestra comunidad autónoma.