– Anuncian un acuerdo inminente para desmantelar la antena de San Antonio Protestas por los DNI
Gobierno local y oposición muestran en el pleno sus posturas encontradas sobre el centro del Cortijo del Conde y el «abandono» de Cuartel de Simancas
«Las antenas van a desaparecer aunque tenga que ir yo a quitarlas por las noches. Antes de acabe este mandato se quitan las antenas». Así de tajante y seguro se mostró el teniente alcalde de Medio Ambiente, Antonio Escámez, en el pleno ordinario que celebró ayer la Corporación motrileña. Su compañero del PP, José García Fuentes anunció un acuerdo inminente con las compañías de telefonía que pasa por sacar las antenas y llevarlas a la periferia y que se concretará «en breve». La primera en caer será la del barrio de San Antonio, uno de los asuntos más polémicos del anterior mandato, que enfrentó a los vecinos de este barrio con el anterior equipo de gobierno.
«Se está redactando un plan de implantación con las compañías de telefonía móvil y ya hemos tenido numerosas reuniones con ellos para sacar las antenas del casco urbano. Ya hay un acuerdo y la de San Antonio caerá en un plazo muy breve», aseguró García Fuentes.
Las antenas de telefonía no figuraban en ninguno de los puntos del día del pleno de ayer, pero los concejales abordaron el tema en relación con la responsabilidad de los políticos en cuanto a la creación de alarma social en temas que supuestamente perjudican a la salud de la población. Las críticas las dirigieron ayer los grupos del equipo de gobierno (PP y PA) e incluso los socialistas a la concejala de IU Daniela Paqué, que defendió una moción para pedir una investigación a fondo sobre el tema de los excesivos niveles de metales contaminantes en el aire de los barrios del Puerto, relacionándolos con enfermedades que sufren los vecinos. Una afirmación «gratuita» para el equipo de gobierno, que aseguró que los datos que baraja la concejala están malinterpretados y que son rebatibles con otros informes hechos por la Universidad de Granada para el propio Puerto. «Es una alarma injustificada que juega con sentimientos de estos vecinos», reprochó García Fuentes. En la misma línea, Escámez consideró que esos datos «pretenden levantar a un barrio, pero le decimos a la población que no debe tener alarma, como ya lo hizo su compañero Bonifacio Pérez (anterior edil de Medio Ambiente) con los mismos datos».
García Albarral también rechazó la parte «alarmista» de la moción, aunque apoyó la instalación de más medidores y sistemas de defensa, al igual que el equipo de gobierno. Paqué se congratuló de que se aprobara parte de la moción, al menos, y rebatió que la alarma y la preocupación existían en los barrios portuarios mucho antes de que ella plantease el tema. Por otra parte, y a pesar de que todos los grupos -salvo Izquierda Unida- se mostraron a favor del centro de ocio del Cortijo del Conde, se enzarzaron en reproches mutuos sobre la paralización de la tramitación del proyecto.
También el «sangrante abandono» del barrio Cuartel de Simancas esgrimido por el PSOE, y rechazado por el gobierno, planteó minutos y minutos de reproches. Ayer -como casi siempre- los grupos municipales discutieron por todo y eternizaron sus discursos con estériles debates sobre si, por ejemplo, una moción la había firmado un concejal u otro ¿De verdad a algún motrileño le importa eso? El equipo de gobierno sigue plantando un control policial a la entrada del salón de plenos -los agentes piden que se identifiquen con su DNI a todos los que pretenden presenciar el debate como público- que sigue suscitando las protestas de los vecinos. Ayer fueron varios los que abandonaron indignados el salón de plenos.