La acreditación lingüística es el nuevo quebradero de cabeza de los universitarios. En este inicio de curso se ha registrado alguna que otra protesta. Ya las hubo en otros cursos, pero en este se han hecho oír más. Estudiantes de la Universidad de Granada (UGR) lamentan que los cursos para poder conseguir el ‘título’ del B1 que se les pide son caros.
«El problema de esto no son los precios del examen (o al menos no es el mayor de los problemas), que van desde los 62 euros del Centro de Lenguas Modernas (CLM) o la Escuela Oficial de Idiomas, a los 160 de la Universidad de Cambridge (uno de los certificados más buscados por su prestigio internacional). El verdadero problema es que la gente no tiene los conocimientos necesarios para superar dicho examen, y aunque en teoría salimos de bachiller con un B1, la realidad no es esa. La gente podría pagar los 60 euros del examen más barato, lo que el estudiante no puede pagar son los cursos de idiomas que le ayuden a obtener los conocimientos necesarios para la superación de la prueba», advierte el coordinador de la Delegación General de Estudiantes de la Universidad granadina, Ramón Ricardo Rosas.
Ayudas y becas
La vicerrectora de Grado y Posgrado de la institución universitaria granadina, Dolores Ferre, explica que «para cada lengua suele haber varios certificados válidos y cada cual tiene su precio. Cuando comenzó la exigencia del B1 para el máster de Secundaria, así como la exigencia creciente de acreditación para la movilidad internacional, constituimos un equipo de evaluación en el Centro de Lenguas Modernas que se estuvo formando para esta tarea de acreditación de los niveles más demandados, B1 y B2, en las lenguas también más demandadas, inglés, francés, alemán e italiano. Decidimos que el precio fuera el mismo que el de la Escuela Oficial de Idiomas, que es un centro público. Este precio ahora es de 62 euros y sabemos que el más cercano en precio de los certificados de centros privados es el doble y de ahí para arriba».
En cuanto a los cursos, en el Centro de Lenguas Modernas los precios por cuatrimestre superan los 400 euros y en las academias van de los 250 a los 500, y el estudiante puede optar por formarse y acreditarse donde desee: en el CLM, en la EOI, en la Alianza Francesa., pero «el problema no es elegir, es pagar», denuncia Rosas. Las fechas de los cursos se fijan en función de las necesidades de acreditación de los estudiantes. Eso en el Centro de Lenguas Modernas. «Hemos creado cursos para cada una de las cuatro competencias que se van a evaluar, de manera que si un estudiante piensa que su problema está en la comprensión oral, por ejemplo, puede hacer un curso de menos horas para esta competencia específica», puntualiza la responsable universitaria.
En lo que respecta a los precios dice que «ofrecemos 225 becas que cubren la formación y el examen para estudiantes con menos recursos. Hemos organizado cursos con y en los centros cuyo coste es menor y tienen la ventaja de que se da en los centros donde estudian y adaptados a sus horarios. Todo esto son medidas para facilitar la obtención de ese nivel y su acreditación. A esto hay que sumar que la movilidad internacional es una gran oportunidad para aprender y acreditar otro idioma. Nos gustaría que nuestros estudiantes tuviesen un buen nivel de idiomas así que hemos como un estímulo positivo damos créditos a aquellos estudiantes que pueden acreditar un nivel superior del que se les exige en su carrera».
Sobre las becas, Rosas apunta que «las cifras demuestran que el año pasado se quedó larga la oferta porque no se cubrieron, pero yo creo que con la situación económica aún más tensa y con la espada de Damocles pendiendo sobre la cabeza de todos los alumnos de cuarto, este año nos vamos a quedar cortos, en breve lo sabremos». Se da la circunstancia que los estudiantes de grado es este curso el primero que deben acreditar la competencia lingüística. Lo tienen que hacer cuando terminen sus estudios. Hasta ahora lo tenían que hacer los estudiantes del máster para ser profesor de Secundaria.
La profesora Dolores Ferre recuerda que la exigencia de que los estudiantes acrediten un B1 se produce en el Distrito Único Andaluz. «En la elaboración de los planes de estudio se contó con la presencia en las comisiones andaluzas de agentes externos y eran unánimes al señalar que los estudiantes universitarios salían con un déficit muy grave en cuanto a competencia lingüística. De ahí que la Consejería decidiera la obligatoriedad de acreditar al menos un nivel B1. Sé que hay algunas otras universidades fuera de Andalucía que ha incluido un requisito lingüístico para obtener el título, así la Politécnica de Valencia pide un B2 y en ese mismo sentido estaban empezando a considerarlo las universidades catalanas».
No se eliminará
El coordinador de la Delegación General de Estudiantes de la Universidad granadina echa la vista atrás y subraya que «la decisión de instaurarlo se tomó hace mucho y es uno de los buques insignia del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Esa guerra ya la libramos y la perdimos. Personalmente no estoy en contra de la acreditación lingüística, todo lo que sea ahondar en la calidad y capacitación de los egresados está bien, el problema es que no todo el mundo puede pagarlo. Desde mi punto de vista, los idiomas deberían estar presentes en todos los planes de estudios como parte del currículum. Cuando esto sea así no solo un B1 si no que un B2. Esperamos que cuando las posibilidades de contratación sean más favorables la Universidad se plantee la posibilidad de integrar la enseñanza de idiomas en las titulaciones».
A la pregunta de si hay posibilidades de que se elimine esta exigencia la vicerrectora es directa: «No tengo noticia de que la Consejería se esté planteando eliminarla y no veo cómo el B1 puede asociarse a un título si tenemos en cuenta que prácticamente en ninguno de ellos se enseña el idioma ni hay acreditados equipos o pruebas de evaluación en las titulaciones que pudieran hacer ese examen».
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