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Alertan de los estereotipos sexistas y racistas en los dibujos animados

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Alertan de los estereotipos sexistas y racistas en los dibujos animados
IDEAL/GRANADA

RUGRATS. Este título es incluido entre los malos.

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La mayoría de las series de dibujos animados dirigidas a niños que emiten las cadenas de televisión en España son de «ínfima calidad», mantienen «estereotipos sexistas y racistas» y «no fomentan el respeto por lo diferente», según un estudio desarrollado por profesores de la Universidad de Granada.

El equipo, que ha analizado las más de 40 series de animación emitidas en las cadenas generalistas españolas, señala en sus conclusiones que éstas suponen «un espacio mínimo» con respecto al resto de la programación y además «anulan la fantasía como medio para la educación en la solidaridad, la paz y el multiculturalismo».

De los 117 personajes estudiados, sólo 4 son de otra raza diferente a la occidental, mientras que en la distribución por sexos, por cada personaje femenino protagonista hay dos masculinos que suelen ejercer como jueces, profesores, científicos o militares, frente al 35% de mujeres que aparecen como amas de casa, según el estudio, difundido ayer por la Universidad.

El trabajo, que surgió a raíz de las últimas polémicas sobre calidad en la televisión y el auge de la telebasura, sitúa entre «lo peor en calidad» series como Las Supernenas, Oliver y Benji, Doraemon y Rugrats, y en el lado opuesto, La Banda de los Sepultureros, Perro malo, Kim Posible, Las tres mellizas, Bandolero o Club Disney.

Pocas españolas

En cuanto a la nacionalidad de las series, se ha comprobado que la mayoría procede de productoras estadounidenses, muchas de ellas asociadas a otras chinas o taiwanesas, mientras que en segundo lugar se encuentran las producidas en España, «que son emitidas en su mayoría por Canal Sur 2, frente a TVE 1, que apuesta exclusivamente por productos americanos», según el director del proyecto, Jesús Pertíñez.

Los profesores también han alertado de que se siguen emitiendo dibujos «diseñados incluso en los años cincuenta», que muestran a los niños «una realidad que no es la suya y que en ocasiones les confunde».

Los investigadores, que piden que se clasifiquen las series de animación en función de la edad del público infantil, proponen que productoras y programadores «trabajen juntos en la realización de series de animación interesantes, que fomenten la cultura y tradición europea, innovadoras en cuanto a técnica, que sirvan de educación artística y que respeten el multiculturalismo, la paz y la solidaridad».
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