Adiós a un granadino ejemplar
Familiares, amigos y numerosas personalidades del mundo cultural se acercaron ayer al cementerio granadino de San José para dar su último adiós al catedrático Antonio Gallego Morell. El entierro fue a las cinco de la tarde, una hora lorquiana, para un hombre que siendo un niño estuvo en brazos de Federico, quien fuera amigo de su padre, Antonio Gallego Burín.
En todas las reacciones y valoraciones de la figura de Gallego Morell estuvieron presentes las exaltaciones de su actividad cultural y pasión por Granada. Pero la ya ausencia de un personaje fundamental en la historia granadina del siglo XX, donde más se sintió fue en la Universidad de Granada, cuya bandera en el balcón del Rectorado lució con crespón negro.
El rector, Francisco González Lodeiro, mostró su pesar por la pérdida de «un universitario ejemplar», que dedicó todo su quehacer a construir una universidad «de prestigio y servicio a la sociedad». Gallego Morell no sólo fue rector de la Universidad de Granada sino que formó parte de la gestora que creó la de Málaga, concretamente la Facultad de Letras.
Hasta el cementerio de San José también acudieron numerosos profesores del que fuera el departamento del profesor y escritor granadino. El catedrático de Teoría de la Literatura Antonio Sánchez Trigueros indicó que con «esta pérdida se va una de las grandes personalidades granadinas de la cultura y la universidad, síntesis de lo mejor de Granada, y que ha sido modelo para muchos». «Harían falta -añadió- diez personas de gran altura para acercarse a lo que ha representado Antonio Gallego».
El activista y creador granadino también destacó por su papel en el Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino. Algunos de sus miembros también quisieron despedirse de su compañero historiador. El profesor Manuel Barrios recordó que «al margen de su calidad y conocimientos como intelectual, tuvo el don de la cordialidad y fue un hombre ameno, afectuoso, próximo, conciliador y con un gran ingenio e inteligencia».
El historiador y también profesor Francisco Sánchez Montes indicó que con la muerte de Gallego Morell «se pierde una parte del paisaje humano de Granada que siempre he conocido». «Fue un hombre que creó una nueva universidad y que tuvo un carácter abierto y tolerante».
Alhambra
Antonio Gallego fue durante unos años director del Patronato de la Alhambra y el Generalife. María del Mar Villafranca, actual responsable del monumento, indicó sobre su antecesor que «fue un hombre importante para la cultura de Granada en sus muchas responsabilidades». «En el aspecto personal -añadió- era un hombre lleno de energía y esfuerzo, y que solía hacerme sugerencias sobre la Alhambra». En cuanto a sus últimos años, la directora del patronato alhambreño, comentó que «no había perdido el entusiasmo para estar al tanto de las cosas que le interesaban, como la muestra sobre la revista \’Gallo\’».
En ese interés por Granada, Gallego Morell llegó a ocupar el cargo de teniente de alcalde de la ciudad. José Torres Hurtado, alcalde de Granada, se mostró afectado con la muerte de esta «figura cultural excepcional». «Era un hombre de una categoría excepcional y Granada tiene una gran pérdida con su muerte», lamentó Torres Hurtado, quien recordó que «los años no perdonan».
La mayoría de las personalidades, familiares y amigos destacaron la labor cultural del catedrático y escritor. El delegado de Cultura de la Junta de Andalucía, Pedro Benzal, habló de «la gran pérdida que supone para el mundo de la cultura, porque fue un trabajador por Granada». Benzal destacó que uno de los hijos de Antonio Gallego, el arquitecto Javier Gallego Roca, pertenece a la Comisión Provincial de Patrimonio, «y siempre ha existido una buena colaboración entre la familia y la Delegación de Cultura».
Patrimonio y Falla
En este sentido de defensa del patrimonio y preocupación por los temas de su ciudad, se pronunció en relación al escritor Emilio Atienza, vicepresidente de la Asociación Granada Histórica y Cultural. «La muerte de Antonio Gallego Morell -indicó- es una pérdida para esta ciudad. Tanto su labor como profesor y su trayectoria como granadino me parecen ejemplar».
Elena García de Paredes Falla es la heredera de la amistad entre la familia Gallego y la del compositor gaditano, que se remonta a Gallego Burín y su colaboración en el Festival de Cante Jondo de 1922. «Siempre hubo una gran amistad y mi madre era amiguísima de Antonio Gallego desde siempre, y fue una persona con la que tuvimos mucho contacto desde la creación de la casa museo», concluyó Elena.
«Antonio Gallego donó muchísima documentación y colaboró en varias ocasiones con nosotros», indicó la directora del Archivo Manuel de Falla. «Era una persona fundamental en Granada tanto para la Universidad como para la investigación».
A todas las facetas del catedrático de Literatura y escritor se añadía el ejercicio del periodismo y su vinculación con la prensa de Granada al ser presidente de honor de IDEAL y socio honorífico de la Asociación de la Prensa.
La institución periodística expresó, a través de un comunicado, su profundo pesar ante su desaparición y rememoró «sus singulares aportaciones al mundo del periodismo: la creación de la hemeroteca de la Casa de los Tiros; la salvaguarda de elementos importantes de la prensa granadina como la rotativa de \’Patria\’, que pudo salvar en el momento del cierre del periódico en su calidad de rector de la Universidad, aunque desgraciados acontecimientos posteriores hicieron que se perdiera».
Gallego Morell tuvo ayer un entierro acorde con las frases pronunciadas por sus amigos y familiares, el de una persona apasionada por Granada. Centenares de personas le dieron su último adiós en un silencio estremecedor, bajo la lluvia, como en una de esas estampas que tanto le hubieran gustado a Antonio Gallego Morell.
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