OPINIÓN
CARTAS
A vueltas con la profesión periodística
José Vicente Pascual./Granada.
Imprimir Enviar
Sr. Director de IDEAL: Le envío las siguientes líneas con el ruego de su publicación en la sección de Cartas, por lo que le quedaré muy agradecido.
A don Antonio Mora, presidente de la Asociación de la Prensa de Granada.
Querido amigo: Tu artículo publicado en IDEAL (24-01-04), El periodismo granadino en el día su patrón, el cual firmas en calidad de presidente la Asociación de la Prensa de Granada, y las repercusiones que el mismo ha tenido, ponen de manifiesto, creo yo, la necesidad de establecer un debate razonable sobre la práctica periodística y el concurso en la misma de personas que no poseen titulación expedida por facultades de Ciencias de la Información. Un debate encarado desde el respeto, la consideración hacia opiniones encontradas y, por supuesto, la amigable cortesía que debería ser norma constante a seguir entre gentes que, de una forma u otra, vivimos en este oficio de la letra impresa, sea a través de los periódicos, los libros, las revistas o cualquier otro tipo de publicación. Evidentemente, dicho debate sólo sería posible si todas las partes implicadas intentaran ceñirse al mismo tono de confrontación de ideas y búsqueda de soluciones, un registro de mesura fértil que queda por completo desarbolado por la inmediata descalificación, el adjetivo de memeces que atribuyes a iniciativas emprendidas por la Universidad, o decisiones administrativas, en este caso de la Diputación, ambas relacionadas con la falta de titulación periodística de los afectados por la, disculpa el término, ligereza de tu pluma.
Con todo respeto, y desde el cariño que tanto tu persona como la Asociación de la Prensa de Granada me merecen, debo indicarte, estimado Antonio, que cuando una persona se propone hablar de las memeces de los demás, sobre todo si lo hace en nombre de la asociación profesional que preside, debe exigirse a sí misma, como condición previa, un exquisito cuido en las formas que utiliza. Hasta para insultar hay que valerse de un escrupuloso tratamiento del idioma y la palabra escrita. En caso contrario, el pronto desdén hacia el otro se ve agravado por la desidia y el desaliño, como dando a entender que el asunto sobre el cual se polemiza (o ironiza como es tu caso), es en el fondo tan baladí y carente de consistencia que no merece siquiera un poco de esmero a la hora de expresarse.
En otras palabras, mi muy estimado Antonio: No se puede comenzar un artículo-resumen sobre la actividad de la prensa en Granada durante los últimos 365 días, afirmando galanamente que «… el periodismo en Granada durante el pasado año (sic) 2004 ha tenido de todo». Hombre, el año 2004, a fecha 24 de enero, habrá tenido muchas cosas, la lotería del niño incluida, pero «de todo», lo que se dice de todo… parece exagerado. Hay erratas y erratas. Errores comprensibles y síntomas de desatención hacia el derecho que tienen los lectores de un periódico, los miembros de la Asociación de la Prensa y también las personas e instituciones implicadas en las «memeces» y «tomaduras de pelo» denunciadas, de que su causa sea tratada con un mínimo de rigor. Qué menos. Ya que se desautoriza y se ironiza, al menos que sea correctamente.
Por otra parte, el párrafo que dedicas a la «memez» del Curso de Experto en Comunicación impartido por la Universidad de Granada, o está mal redactado o es que el idioma español y su sintaxis han cambiado desde ayer por la mañana. Nadie que observe con cierta diligencia el uso del lenguaje puede permitirse señalar, con tanto desparpajo y desatención, que la Universidad «esté engañando a un buen puñado de alumnos (sic) a creer que los está capacitando académicamente…», etc. Esa frase, en el idioma español, no existe. Y si alguien la escribe, yerra escandalosamente. Y si quien yerra es el presidente de la Asociación de la Prensa, menospreciando a unos y defendiendo los intereses gremiales de otros, flaco favor hace a los segundos y poca aplicación institucional usa para vilipendiar a los primeros. En fin, querido Antonio, que como dice el popular adagio: es fácil ver la paja en el ojo ajeno. Y como dice y piensa más de un colaborador de prensa (sin título en Ciencias de la Información, claro): Un curso de experto universitario no te convierte en periodista, pero ser periodista con título y colegiación y todo lo que haga falta, parece evidente, no convierte a nadie en experto en comunicación. ¿Hay debate o no? ¿Qué te parece? Recibe mis más cordiales saludos, y si en algo te ha molestado o mínimamente incordiado esta carta, te pido desde ya mil excusas. No era mi intención. Aunque todo el mundo sabe que los novelistas, por desventura, tendemos a ser bastante mentirosillos. De cualquiera de las maneras, y de todo corazón, un fuerte abrazo.