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La Alhambra, Barcelona y Altamira, objeto de debate
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Carlos Martínez Alonso es presidente del CSIC, principal órgano público de investigación en nuestro país, desde el pasado mes de mayo. Hasta entonces ocupaba la jefatura del Departamento de Inmunología y Oncología del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) de la Universidad Autónoma de Madrid.
Ayer se declaraba «razonablemente satisfecho» de la evolución del Seminario, cuyo fin último ha sido «entender que el patrimonio es parte de nuestra memoria, pero que al mismo tiempo es algo que se proyecta hacia el futuro». «Si no lo comprendemos, no podremos trazar líneas de futuro», subrayaba.
En este sentido, el Seminario se ha detenido en examinar tres ejemplos del patrimonio histórico español: el museo de Altamira, como ejemplo museístico cerrado; la Alhambra de Granada, como exponente máximo de la importancia de un monumento para el entorno en el que se ubica («es la segunda fuente de riqueza de Granada, después de su Universidad»); y Barcelona, como modelo de «la ciudad como museo».
Proyectar fuera
Martínez Alonso insistía ayer en la importancia que tiene el «cuidar, entender y proyectar a la sociedad» la riqueza histórica que conserva España.
El Seminario ha tenido un desarrollo peculiar, en primer lugar por la presencia de los Príncipes de Asturias; segundo, por el reducido número de participantes; y, tercero, porque no se han expuesto largas ponencias, sino que se ha tratado de un encuentro muy participativo, «con charlas de 20 minutos y debates largos», según el presidente del CSIC.
Martínez Alonso también señaló que los participantes se han mostrado interesados en conocer más en profundidad las actuaciones que se están realizando en Mérida.
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