69964 Aunque los efectos negativos de llevar una dieta hiperproteica ya se publicaron hace tiempo, lo cierto es que muchas ciudadanas siguen apostando por estos regímenes para bajar de peso. Pero ¿en qué grado la salud se ve afectada por este tipo de dietas? Expertos de la Universidad de Granada tienen la respuesta.
Aunque la más conocida es la dieta Dukan, lo cierto es que existen múltiples dietas conocidas como hiperproteicas. Los expertos se han encargado de demostrar que llevar a cabo un régimen de este estilo aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades renales a largo plazo, además de empeorar los marcadores urinarios y morfológicos del riñón.
Entre las patologías que pueden provocar destaca la nefrolitiasis, que con cálculos renales o piedras en el riñón, debido a «una disminución drástica del citrato urinario (un inhibidor de la cristalización de sales de calcio), un aumento del calcio urinario (para compensar la acidez metabólica que provoca el exceso de proteína) y a un descenso del pH de la orina».
Asó lo demostraron a través de un experimento llevado a cabo en ratas examinaron los efectos de una dieta hiperproteica sobre parámetros renales plasmáticos, urinarios y morfológicos. Para llevar a cabo este experimento, los investigadores trabajaron con 20 ratas Wistar, que se dividieron en dos grupos de 10.
El primero de ellos consumió una dieta hiperproteica, en la que el nivel de proteína representaba el 45% de los nutrientes ingeridos mediante la administración de suplementos de hidrolizados proteicos comerciales, mientras que el otro grupo actuó como control y siguió una dieta normoproteica.
Los resultados demostraron que las ratas que siguieron una dieta hiperproteica perdieron hasta un 10% de peso corporal en este tiempo, pero sin que se produjera una mejora paralela en el perfil de lípidos en plasma. Además, el citrato urinario de estas ratas fue un 88% inferior, y el pH urinario, un 15% más ácido.
Además, el peso del riñón de los animales sometidos a una dieta hiperproteica aumentó un 22%, y también se incrementaron en un 13% el área glomerular que es la red de capilares de filtrado de sustancias en el riñón) y un 32% el área mesangial, la matriz de colágeno que sostiene a ese glomérulo).
«El consumo elevado de frutas y verduras hace que el riesgo de que se formen cálculos renales sea menor, algo que probablemente se deba al alto contenido de potasio y magnesio de estas, que compensan la acidez de la dieta alta en proteínas», concluyó uno de los expertos.