El ‘tasazo’ universitario lleva ya un tiempo provocando protestas, pero la que este martes vivió el Hospital Real, sede del Rectorado de la Universidad de Granada, era particularmente indignada. Más de 6000 alumnos de planes en extinción vieron como el pasado fin de semana sus matrículas pasaban a costar el triple al aplicar la UGR el pasado sábado 12 de octubre el Decreto 83/2013 de la Junta de Andalucía, que obliga a cobrar 20 euros por crédito académico y no por asignatura. Es decir, que matrículas que el viernes costaban 78 euros, pasaban a costar 311 el lunes. O, en casos más sangrantes aún, de 277 a 1050 euros
Alrededor de 200 alumnos se concentraron en el patio del Rectorado a las 9.00 de la mañana del martes para irrumpir en la reunión del Consejo de Gobierno de la UGR y pedir a sus representantes electos que llevasen la protesta ante el rector, Francisco González Lodeiro. Aunque se les pidió que esperasen en el exterior, los manifestantes entraron en el edificio, ocupando pasillos y escaleras junto a la sala de la reunión, y forzando la salida del gerente de la UGR, Andrés Navarro.
De la reunión entre el directivo de la universidad pública y los alumnos la única respuesta que obtuvieron estos es que la UGR achaca la responsabilidad al decreto de la Junta de Andalucía, y que los invitó a unirse a la representación que acudirá el viernes a reunirse con el Director General de Universidades, Manuel Torralbo. Navarro respondió a los manifestantes que, si acaso, la universidad es culpable de su «buena intención» de haber intentado aplicar a comienzos de curso el pago antiguo, aunque sabía que el decreto estaba vigente desde el 18 de julio de este año.
Protesta Hospital Real
El gerente discute con los alumnos durante su reunión. Foto: Alejandro García.
Los alumnos no consideran suficiente el plazo extraordinario abierto desde este miércoles 16 de octubre, por el que pueden corregir sus matrículas, o lo que es lo mismo, eliminar las asignaturas que ya no se puedan permitir dado que se les ha multiplicado por tres el coste. Reivindican que, al ser alumnos de planes a extinguir, están pagando en algunos casos hasta 160 euros por asignaturas sin docencia ni gasto de material para la UGR, unos pagos que sólo les dan «derecho a examen» a un coste «desorbitado».
En algunos casos, alumnos como el estudiante de Empresariales cuya matrícula pasó de 277 a 1050 euros de la noche a la mañana, se plantean «aprovechar y quitarme de todo. ¿Para qué seguir? Si pago las asignaturas al ritmo que voy a poder permitírmelas no sé el tiempo que tardaré en poder acabar la carrera. Tengo la posibilidad de irme a trabajar a Inglaterra. Ahora mismo es mucho más práctico que intentar terminar mi carrera aquí».
Los alumnos, además, eligieron en una asamblea posterior a la reunión con el gerente a representantes «extras», además de los de la Delegación de Alumnos, tras intensas discusiones entre ellos a cuenta de que estos representantes, que se sientan también en el Consejo de Gobierno y negociaron la salida del gerente una vez se había producido la ‘invasión’, en algunos militan en las organizaciones juveniles de partidos políticos en el poder en la Junta de Andalucía.
