Es un ‘sextante’, aunque sus creadores se resisten a llamarlo así. Mira la posición de las estrellas y a partir de ella, calcula la propia. Como los antiguos marinos, pero en el espacio, con tecnología digital y cámaras fotográficas. Es el proyecto de un grupo de estudiantes de la Universidad de Granada que Europa va a poner en órbita, al que llaman GranaSAT porque esperan que sea el primer paso para tener un satélite universitario en la ciudad. El proyecto lo han ultimado desde el ‘coworking’ Cocorocó y lo presentan estos días en Suecia.
Alejandro González, el ‘team leader’ del proyecto, que no es otra cosa que su trabajo de final de carrera en la Licenciatura de Ingeniera de Telecomunicaciones, pero ampliado, adoptado por la Agencia Especial Europea (ESA) y al que ha incorporado a ocho amigos, explica que el experimento es «uno más» dentro de un proyecto conjunto de las agencias espaciales de Alemania y Suecia, la DLR y la SNSB. Pidieron a todos los centros de la Unión Europea propuestas, y una de las escogidas fue el ‘Stark Trakker’.
«Funciona con una cámara comercial. Lo que estamos desarrollando es un sensor con un programa informático que realiza fotos alrededor y busca patrones en la posición de las estrellas. Es decir, las constelaciones, tal y como las podemos distinguir nosotros a ojo desnudo», explica Alejandro. «Así, el sensor sabe hacia donde mira, y desde tierra se podría saber la posición de los satélites que lo utilicen y corregirla si hace falta».
GranaSAT Satélite UGR
El esquema de la ‘góndola’ y la posición del sensor de los granadinos. Imagen: GranaSAT.
En el proyecto, junto a Alejandro, participan ocho alumnos más: Manuel, Teresa, Noelia, Pedro, Víctor, Ramssel, otro Alejandro y Eva. Son seis ingenieros en telecomunicaciones –varios de ellos con otra ingeniería, la de electrónica–, una física con cuatro años de derecho, un ingeniero informático estudiando el grado de matemática y una traductora.
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Hace apenas quince días agotaron un fin de semana para completar el SED (Student Experiment Document) desde las instalaciones de Cocorocó. El siguiente paso lo completan ahora al viajar a Suecia. Desde el Centro Espacial de Esrange, junto a la ciudad de Kiruna, trabajan ya en el sensor propiamente dicho.
El GranaSAT irá en una góndola izada por un globo, junto a otros siete experimentos más de toda Europa. El objetivo, explica Teresa Aparicio, la estudiante responsable del diseño mecánico, es ocupar el menor espacio posible y pesar aún menos «para que nos pongan donde nosotros pidamos». Entre las piezas del ‘Star Trakker’ está un sensor de temperatura para la cámara, que va separada de la caja, y va a necesitar una manta térmica: «nuestra electrónica no funciona a menos de cinco grados, y va a estar a menos de 80 en el espacio».
GranaSAT Satélite UGR Cocorocó
El equipo GranaSAT en Cocorocó. Foto: GiM
Porque, avisa Alejandro, el ‘tema leader’, «necesitamos materiales, es decir, dinero, que nos lo tendrán que dar patrocinadores. La Universidad de Granada ha pagado la cámara de fotos, que era lo más cara. Nosotros vamos a desarrollar la caja con la aplicación informática. Pero necesitamos planchas de aluminio, aislante térmico y algunos componentes electrónicos».
Junto al profesor Andrés Roldán, su director de proyecto, Alejandro espera que esto sea el primer paso para desarrollar un satélite propio de la Universidad de Granada. «Actualmente desde la Facultad de Ciencias ya trabajamos con satélites de otros centros para aprender a transmitir y decodificar, pero la idea es que este sensor sea la primera pieza del nuestro».
(07-03-2014)