Inicio / Historico

Venus

Venus

@ Envíe esta noticia a un amigo

CADA día me fascina más la Astronomía, la ley de las estrellas, o la Astrofísica, que prácticamente hoy es lo mismo. Quizá me atrae especialmente porque tiene tanto que ver con la imaginación poética y con lo inabarcable. Las metáforas de la astronomía son continuas y maravillosas, no hay manera de hablar de lo inexplicable sino en sentido figurado. Lo importante en poesía es lo que las palabras llevan por dentro, lo que ocultan, lo que sugieren. Y esa es también, en gran parte, la forma de hablar de los astrofísicos. Einstein fue para mí un poeta del universo que encontró la belleza suma en la fórmula de la relatividad.
El planeta Venus, el seductor planeta del amor y la belleza, el único –con el sol y la luna– que podemos ver tanto de día como de noche, está ahora de actualidad. Nadie se explica por qué el llamado hermano de la Tierra –tiene su mismo tamaño, masa y composición– ha resultado tan inhóspito y tan diferente de su hermana (aunque suele suceder que los hermanos salgan de lo más dispares). ¿Qué pasó para que la atmósfera de Venus sea tan asfixiante?

Pues bien, a Venus le ha salido un espía intrépido que quiere deshacer sus misterios, que asomará la nariz con nocturnidad y alevosía a través de ciertas ventanitas de visibilidad que se abren entre sus espesas y sulfuradas nubes. El espía ya ha conseguido entrar en la órbita venusiana, sin acercarse demasiado, no olvidemos que la nave soviética Venera 7, la primera que logró aterrizar, en 1970, en otro planeta, midió allí una temperatura de 477 grados centígrados. No la aguantó mucho tiempo, ni tampoco las sucesivas Veneras que la siguieron, pero fue espectacular su osadía sobre aquella superficie rocosa y ardiente. ¿Será al ardor más que a su sereno brillo de diosa a lo que debe su nombre el lucero del alba o de la tarde?

Según los científicos, la nave Venus Express quiere ayudarnos a comprender a Venus. Y lo hará seguramente. Nos ayudará a comprender a Venus y sus veleidades, como rotar al revés o tener un día tan largo como 243 terrestres. Esa puede ser otra buena razón para llegar al alma de los enamorados, cuyo lema es reloj, no marques la horas. Comprenderemos, quizá, al ardiente Venus y al helado Marte, y seguiremos sin comprender a nuestro templado planeta azul, lleno de seres tan absurdos que se matan de cualquier manera, se engañan, se destrozan. ¿Cómo comprender ahora, por ejemplo, la oleada de asesinatos de docentes universitarios iraquíes? Más de 250 profesores asesinados y otros muchos cientos desaparecidos o que han huido. ¿Se trata de destrozar el sistema educativo iraquí que era uno de los mejores de la zona?

El próximo 25 de abril la Universidad de Granada se manifiesta en el Hospital Real a las once de la mañana contra estos crímenes. Por la tarde Mesa redonda sobre el tema. Si no comprender, al menos intentemos conocer qué pasa. ¿Por qué será la enseñanza siempre tan temida? ¿Por qué se la quiere siempre manipular? ¿Le preguntaremos a Venus?

Descargar