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Una investigación de la Universidad avala la calidad del agua de la Vega

Después de tomar muestras en la desembocadura del río Gudalfeo, el profesor del Departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada (UGR) Manuel López Chicano y su equipo de investigadores han llegado a la conclusión de que ha mejorado la calidad de las aguas de las vegas de Motril y Salobreña en el último lustro, pese a lo que se ha sostenido durante bastante tiempo. Según su estudio, ha influido en esta cuestión el hecho de que algunos agricultores no se hayan animado finalmente a explotar sus tierras, como una salida a la crisis.

Esta investigación forma parte de un proyecto financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia dirigido por la profesora de Geodinámica María Luisa Calvache, que se renueva cada tres años desde 2001 y que tiene como objetivo comprobar la evolución de este acuífero e investigar cómo ha incidido en su estado la construcción de la presa de Rules o la desaparición del cultivo de la caña de azúcar.

López Chicano explicó que los niveles máximos de contaminación se produjeron en el principio de esta década, en el bienio 2001-2002, años en los que se alcanzaron las tasas más altas de nitratos, que llegaron a niveles de 120 miligramos por litro cuando la tasa máxima permitida por la OMS está en 50, para ser consideradas como óptimas para el consumo humano. Ya en 2005 y 2006 los valores disminuyeron significativamente a los 60 miligramos por litro, y bajaron a 45 en 2007 y 2008, con una cifra que ya estaba dentro de la tasa permitida para ser considerada como agua potable.

«Hay incluso un estudio en el que se analizaron los plaguicidas utilizados en la zona como posible foco de contaminación, pero esto quedó totalmente descartado pues los valores obtenidos fueron cero», señala el profesor de la Universidad.

Aunque hay parámetros que se pueden analizar in situ, como el nivel de carbonato o el Ph, otros datos tardarán aún varios meses en conocerse, pues los mismos son enviados a Canadá, donde un laboratorio especializado propondrá los resultados definitivos. Sin embargo, López Chicano no cree que difieran sustancialmente de los últimos análisis obtenidos y está convencido de que se confirmará esta tendencia a la baja en las concentraciones de nitratos en el Polígono El Vadillo de Motril, por ejemplo. «Esto se puede deber a una mejora en la red de saneamiento, que habrá permitido controlar esos niveles».

El investigador de la UGR señaló que, en líneas generales, la calidad en las aguas subterráneas de la Vega de Motril-Salobreña es entre buena y óptima para el consumo humano. No obstante, puntualizó que de los 20 puntos del acuífero analizados, el polígono El Vadillo de Motril presenta elevados índices de nitratos acumulados. El proceso de contaminación de este acuífero «es muy difícil de averiguar, ya que recoge aguas procedentes de fincas agrícolas de la Rambla de Puntalón, de residuos urbanos del vertedero de inertes del Cerro del Toro, vertidos del polígono industrial, aguas derivadas de la planta de tratamiento que se filtran en la rambla de Los Álamos o vertidos de aguas residuales urbanas». Asi, señaló que «hay muchas posibles causas como para concretar cuál es el foco de contaminación, esto requeriría estudios más en profundidad».

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