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Un cero que duele bastante

Esta ha dolido. El Universidad de Granada se las prometía muy felices ante el Arquitectura de Madrid, pero la ‘Escuela’ se salió del guión preescrito y demostró que no es rival para la permanencia (0-22).

El ‘Uni’ esperaba el primer triunfo de la temporada pero se encontró a un contrincante serio, no superior, pero si trabajado y hecho. Y también con ese punto de suerte necesario. La diferencia fueron los errores. El Arquitectura aprovechó los del ‘Uni’, lo que al revés no pasó.

En los primeros cuarenta minutos se resolvió el partido. El Universidad empezó muy bien, con bríos y presionando arriba a la tres cuartos madrileña. Eso dio sus frutos en el minuto 3. Golpe de castigo a favor de los de Manolo Conde que Migue García no pasa entre los palos por un golpe de viento final que desvió el oval.

Pudo ser importante ponerse por delante, porque la primera que tuvieron los visitantes la hicieron. Con suerte, además. Romagosa, el apertura, se vio sin opciones de pase y lanzó una inteligente patada a seguir que pasó bajo palos. Cuando el balón se iba fuera, un mal bote despistó a Valentín y dejó el oval muerto para que Vincent remachara (0-7, 13′).

Similar fue el segundo ensayo visitante. Y polémico. Envión del medio del Arquitectura, un jugador del ‘Uni’ prefiere patear ante el mal bote del oval, con tan mala suerte que rebota en un visitante. La pelota llegó a las puertas del in goal granadino para que posara Romagosa. La jugada estuvo precedida por un avanzado de los madrileños.

Un 0-14 abultado e injusto ya que el ‘Uni’ estaba logrando parar su juego abierto, plantaba cara en la melé y forzaba muchos saques parciales de Arquitectura en la touche. Antes del descanso, con los locales desanimados, llegó una nueva marca de Blasco y un golpe.

La empresa era complicada para la segunda parte. Y se torció más con la exclusión de Quitián. Pese a todo, el ‘Uni’ dominó por completo el juego, si bien sufrió en la melé, lo que le privó de jugar limpios muchos balones. Al Arquitectura no le dolía parar el juego porque el tiempo corría a su favor. El Universidad pudo ensayar en varias acciones, sobre todo en una carrera de Pablo Ávila, pero inocentes caídas de balón unas veces y patadas a seguir en las que el bote no favorecía en otras dejaron a cero a los granadinos.

Las bajas, la mala suerte, y un rival al que le salen las cosas. Por muy bien que se juegue, como ayer, no se puede hacer nada.

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