El Universidad de Granada afronta esta tarde el partido de ida de las eliminatorias hacia División de Honor B frente al Sant Cugat · Será un duelo entre la juventud local y la experiencia de los catalanes
Llegó el día. Kilos de ilusión, esperanza y adrenalina circulan por cada uno de los miembros del plantel del Universidad de Granada que esta tarde afronta el primero de los partidos que le pueden devolver a la División de Honor B, esa élite del rugby restringida a los mejores del país, interludio de una cota mayor. La amenaza tiene nombre y ha viajado toda la noche en tren, como mandan las leyendas, el CR Sant Cugat (14:00 horas, Fuentenueva, entrada gratuita).
El partido estará marcado por el mutuo desconocimiento. Tan sólo se saben referencias y las cifras de la temporada. Pero de lo que no queda un mínimo resquicio de duda es del tipo de duelo que se verá. El formato de estas eliminatorias premia la diferencia de puntos. El que más logre entre los dos encuentros gana y sube. Para los granadinos, casi un divertimento ya que esta fase de ascenso es un premio al trabajo para unos jugadores que se estrenan en estas lides. Para los barceloneses, una obligación. Es su tercer intento seguido y fracasó en los dos anteriores. Por eso, y en un deporte en el que si especulas, tus rivales machacan, ambos saldrán a combatir con todo.
De las pocas referencias sobre el Sant Cugat, se sabe que es un equipo muy equilibrado, con un paquete delantero más pesado que el granadino aunque más parejo en la primera. Esto no es óbice para que sean un quince que mueva mucho el oval, algo que durante la temporada le ha solido hacer bastante daño al Universidad en partidos en los que se ha encontrado con aperturas de amplia visión de juego. También es un punto fuerte de los catalanes su continuidad, manteniendo el nivel de presión durante los ochenta minutos. Quizás sea esa una de las parcelas en la que flojea el ‘Uni’, pese a que en los últimos partidos, sobre todo tras caer en Majadahonda, ha ido a mejor.
Frente a estas virtudes del equipo visitante, el Universidad también tiene sus armas, sobre todo sabedor de que el resultado que salga de Fuentenueva dibujará el planteamiento en la vuelta. Un nombre sobresale en la lista. El irlandés Tiernan será el patrón de juego de los de Conde. El apertura, en pareja con Roberto Sojo en el eje del juego con casi total seguridad, será el encargado de poner los balones a los huecos en los que el Sant Cugat tenga más dificultades. A partir de ahí, presión asfixiante, placar y jugar rápido en las alas, o buscar el factor sorpresa con las rupturas de Lucky, Fernando o Fabián. Y no arriesgar en pases ciegos sin un compañero que reciba, uno de los errores que han costado ensayos durante la temporada y que siempre han sacado de quicio a Manolo Conde. La convocatoria, tras una semana con todas las plantillas dispuestas a echar a una mano y sin lesiones, es la formada por Arenas, Bolio, Campana, Carrillo, Fernández Laso, Gámez, García Martínez, Juan Hernández, Higueras, Hitos, Jurado, Marqués, Moraleda, Padilla, Palomino, Fernando Pérez Iranzo, Pérez Lía, Rayces, Redondo, Requena, Tiernan, Sanz y Sojo. Se queda fuera Pablo Ávila por lesión y Perdomo por motivos laborales.
Después casi una década sin disputar la fase de ascenso a la división de plata, cuyo nivel apenas baja del de la máxima categoría, el Universidad de Granada llega a estas eliminatorias con la única pretensión de superarse a sí mismo y como una fiesta de un deporte tan ligado a la institución académica como el rugby. Para ello se ha hecho un llamamiento en todas las facultades y en los colegios mayores, con lo que se espera un lleno en la grada de Fuentenueva. Cualquier ayuda es poca, pese a que los ‘guerreros del Conde’ se bastan por sí solos para lograr ese gran reto: subir.